En la obra de teatro Los monólogos de la vagina, se aborda el tema de la eyaculación femenina desde la vergüenza de una chica rechazada por su novio porque piensa que ella se orinó mientras se besaban.
Este es el principal mito de la eyaculación femenina. No se trata de orina, sino de un líquido nacarado que es expulsado por las glándulas parauretrales —o de Skene— cuando se siente el inmenso placer de un orgasmo en toda su potencia, aunque no necesariamente sucede sólo durante las relaciones sexuales.
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Todas las mujeres podemos eyacular en pequeñas cantidades, por ello el líquido segregado no se nota mucho, pero existen mujeres que pueden expulsar más volumen de líquido y que incluso pueden eyacular a voluntad.
Así que no te dejes llevar por los mitos de algunas novelas eróticas ni tampoco de la tendencia squirting, donde cada orgasmo tiene que ir acompañado de una copiosa cantidad de líquido transparente.
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La realidad es que la eyaculación femenina existe, pero que sea tan notoria es poco frecuente. Si tienes la fortuna de experimentarla no la vivas como algo embarazoso, pues es algo natural que, además, te indica que has vivido un gran placer.
AG