El Papanicolau es una prueba para diagnosticar cáncer en el cuello uterino, la cual consiste en un diagnóstico de células tomadas al raspar la abertura del cuello uterino. Es necesario hacerse esta prueba luego de la primera relación sexual.
Para la realización de este examen, las mujeres deben tomar ciertas medidas: primero se deben asegurar que el día de la prueba no coincida con su periodo menstrual y evitar el contacto sexual por 48 horas.
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Es recomendable llegar a la cita con tu vejiga vacía, ya que por la naturaleza de la prueba, puedes sentir presión durante el examen y te den ganas de ir al baño.
Prepárate para que el doctor te solicite desvestirte de la cintura para abajo. En el consultorio te deben proporcionar una bata o tela para que no te sientas tan expuesta, y posteriormente te pedirán que te acuestes en una camilla para que coloques tus pies en los estribos para permitir que el médico tenga una visión clara de tu vagina.
Primero te hará una revisión física en las que te examinará la vulva; cuando termine, te pedirá que respires y únicamente te concentres en eso para que relajes tus piernas, estómago y músculos vaginales.
Cuando hayas logrado relajarte, procederá a la introducción de un espéculo lubricado que le permitirá examinarte para identificar alguna anomalía y posteriormente realizará un raspado con un citocepillo (un cepillo similar al que usas para las pestañas) para recolectar muestras que analizarán en el laboratorio.
Es normal sentirte incómoda durante la prueba, pero intenta relajarte. Algunas mujeres experimentan molestias durante el Papanicolau, ocasionando un dolor similar al de la menstruación y podrías presentar un pequeño sangrado.
RL