La reconstrucción tras los sismos del 7 y 19 de septiembre puede impulsar el crecimiento económico, ya que las pérdidas podrán ser compensadas por el dinamismo con que se lleve a cabo la reconstrucción, estima el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
Luego de los temblores, que dañaron viviendas, edificios, construcciones e infraestructura en varios puntos del país, fluyen cálculos sobre el posible efecto que tendrán en el ritmo de crecimiento de la actividad económica, añade en su análisis ejecutivo.
Las estimaciones sobre el impacto en el crecimiento del producto interno bruto (PIB) son diversas, ya que van desde quienes consideran un efecto moderado de una décima de punto porcentual hasta un punto.
“Sin duda, esos eventos tienen un impacto inmediato por el lado de la oferta, toda vez que diversos negocios detienen sus operaciones por varios días, según la zona y el alcance de los daños”, agrega.
El CEESP explica que se puede considerar que esa situación es temporal y que una vez pasada la contingencia el periodo de recuperación será un promotor de mayor dinamismo de la actividad productiva del país.
Destaca que la construcción es una industria que toma mayor relevancia en esa etapa, dada su relación con un importante número de actividades productivas de los sectores manufacturero y de servicios, por lo que se convierte en un detonador económico.
El gobierno considera que, de manera preliminar, son necesarios 37 mil 500 millones de pesos para la reconstrucción; de ese monto, 13 mil mdp se destinarán a escuelas, 6 mil 500 a casas en Chiapas y Oaxaca, 10 mil a vivienda y 8 mil mdp a infraestructura cultural.
“La rapidez de la reconstrucción será parte importante a considerar en la revisión de los pronósticos para el presente año; la expectativa es que éstos no tengan un ajuste importante, incluso es factible que la mayoría se mantenga sin cambio”, indica el CEESP.
Apunta que para el siguiente año las proyecciones de crecimiento dependerán más del entorno relacionado con la renegociación del Tratado del Libre Comercio y del contexto político ante las elecciones presidenciales.
Sin embargo, explica, a pesar de que los recursos que se canalizarán a la reconstrucción aliviarán buena parte de las pérdidas, es evidente que el daño patrimonial que sufrieron las familias no podrá ser compensado en su totalidad, ya que además de quedar sin vivienda, muchas perdieron su fuente de empleo y tendrán que hacer frente a la recuperación de enseres y materiales de trabajo.
El CEESP explica que la reconstrucción y la ayuda a los afectados son prioritarias, por lo que es el momento para instrumentar medidas que estimulen la actividad productiva del país, de tal forma que sea la mejor herramienta para generar empleos que contribuyan a aliviar la situación en los hogares.
“La inversión es fundamental en ese proceso, ya que es la mejor forma de incentivar la producción y sentar las bases de un mejor entorno para las familias; esto sin duda hace necesaria una asignación eficiente de los recursos del sector público y un nivel de transparencia que impida la malversación de fondos para la reconstrucción”, concluye.