Igores, muñecos eco-amigables

Empresa que fabrica muñecos originales y amables con el medio ambiente, ya que para su confección se reutilizan textiles y están rellenos a base de pet.

Renato Piccini/Igores
Ciudad de México /

Para celebrar el nacimiento de su hija, el padre soltero Renato Piccini, diseñó y coció un muñeco, tan carismático y original, que tías y amigos le pedían hiciera más para ellos. Ese fue el principio de Igores ñecos con actitud, una empresa que fabrica muñecos originales y amables con el medio ambiente, ya que para su confección se reutilizan textiles y están rellenos con pet.

La niña creció y Renato continuó con la costumbre de cocer muñecos, siempre había alguien que le pedía uno. “Parecía una abuela”, a donde iba llevaba la costura en la mano. Hasta que Ángela, su pareja actual, le dijo que tenían que hacer algo más grande con la peculiar costumbre.

Lo hicieron, primero analizaron qué utilizar para el relleno, escogieron un relleno a base de pet; luego decidieron qué material usarían para confeccionar los muñecos, seleccionaron sobrantes textiles de la industria del mueble, ya que Renato tiene nexos con dicha industria, pues es Diseñador de profesión y su actividad principal es fabricar muebles. Por último, emplearon a personas de la tercera edad para la manufactura de los muñecos.

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“Para darle un empujón a la empresa” decidieron ingresa a una incubadora de la UNAM; eso fue muy positivo para consolidar Igores.

Hoy “los ñecos con actitud” se pueden comprar en seis tiendas de la Ciudad de México, en la tienda de la UNAM, en el Hotel Maya Coba de Cancún, en una del Puerto de Veracruz y envían pedidos ocasionales a diversas partes del mundo.

La hija de Renato ya tiene nueve años y “aún quiere quedarse con todos los muñecos”, él y Ángeles, “cerebro logístico” de Igores” están satisfechos con el avance de su empresa eco-amigable. Los dos han hecho un buen equipo, pues se complementan en las tareas que hay que realizar.

Para Renato es una actividad creativa y lúdica que lo estimula de muchas maneras. Le gusta ver cómo a la gente, a su vez, le agradan las creaciones, le emociona ver la cara de los niños y, confiesa, que a veces les hace algún descuento.

Renato y Ángeles consideran que lo más importante de este emprendimiento ha sido y es que hacen algo que le gusta y los llena de inquietudes por cambiar las cosas y llevar el proyecto adelante.

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