Takata, la empresa que vendió 'airbags' defectuosas a 11 automotrices

La empresa japonesa se declaró en quiebra hoy, tras haber vendido 100 millones de bolsas de aire defectuosas y estar relacionada con al menos 17 muertes en el mundo.

Takata pagará mil mdd por cometer fraude.
Ciudad de México /

Takata, el segundo mayor fabricante de bolsas de aire en el mundo, se declaró en bancarrota en Japón y Estados Unidos, tras un escándalo por haber vendido bolsas de aire defectuosas a 11 automotrices y haber falseado informes para disimular los defectos.

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Con sede en Japón, la empresa fue fundada en 1933 por Takezo Takada, abuelo del actual presidente de la compañía, Shigehisa Takada, se dedica a la fabricación y venta de cinturones de seguridad, bolsas de aire y sistemas de retención infantil, entre otros productos.

Takata llegó a México en 1994, cuando estableció Takata de México S.A. de C.V., buscando participar en el mercado mexicano de cinturones de seguridad y bolsas de aire. Para 2016 ya contaba con 54 plantas en 21 países.

Bolsas de aire defectuosas

El escándalo empezó en 2007 cuando Honda, su mayor cliente, reportó tres casos en los que explotaron las bolsas, además de un incidente anterior en 2004. Takata fue acusada de comercializar bolsas de aire defectuosas, las cuales podían explotar cuando se mantenían por largo tiempo en zonas de humedad.

Tras las investigaciones se determinó que, a partir del 2000, se habían instalado 100 millones de bolsas defectuosas en vehículos de Toyota, Honda, General Motors, Chrysler, BMW, Ford, Subaru, Mazda, Daimler, Mitsubishi y Nissan.

En 2015, Takata acordó con las autoridades de Estados Unidos realizar lo que se considera el retiro más grande de la historia de ese país, el cual incluía hasta 34 millones de unidades, para reemplazar las bolsas defectuosas.

Lo anterior ha provocado que la empresa enfrente crecientes pérdidas pese al acuerdo entre grupos automotrices de dividir los costos de los retiros de vehículos.

A inicios de este año, Takata se declaró culpable de haber manipulado informes para disimular los defectos en sus productos, que hasta ahora se relacionan con al menos 17 muertes en todo el mundo.

Por ello, las autoridades estadunidenses le impusieron multas por mil millones de dólares. Además, hay un encausamiento criminal contra tres altos ejecutivos de la compañía, acusados de fraude y conspiración para falsificar datos en las pruebas de seguridad de sus productos.

Su quiebra es la mayor de la historia para un fabricante japonés.


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