El punto crítico de mis temores es la memoria. El miedo no desaparece: sólo se distrae.

En el centro de la ciudad, la autora imagina lo que ve como si fuera un cuento.

Un amigo militante me dice: “Ojo con lo que usas para construir tu dizque conciencia social”.

Mis almas gemelas son mis almas dobles y me corresponde restaurarlas.

La alegoría es seguramente moral. Aún no sé cuál sería la lección.

Todo cabe en ‘La novela inconclusa’. Sólo debo aprender a acomodarlo, sobre la marcha, sin detenerme, sin olvidar nada.

Descartes demuestra que Dios existe porque una mente imperfecta no podría crear a un ser perfecto, pero da por sentado que “yo” es un hecho, no otro acto de fe.

Queda la duda: ¿prejuicio o juicio?

Es simplista declarar que un libro es bueno porque gusta o malo porque no gusta.