En la década reciente, Tamaulipas ha sido azotada por la violenta pugna entre cárteles del crimen organizado. Cansados de la inseguridad, empresarios locales iniciaron una migración masiva al otro lado de la frontera para manejar desde ahí sus negocios.
El más reciente Informe de Seguridad Empresarial en México de la American Chamber dejó muy claro el panorama: el año pasado colocó a la entidad en el primer lugar de los estados que representan una mayor dificultad para sus operaciones. Significa, simplemente, que Tamaulipas es considerado el más inseguro por los empresarios.
Pero hoy son otro tipo de delitos los que asuelan la entidad, sobre todo en municipios sureños como Tampico, Ciudad Madero y Altamira. Ciudadanos, empresarios y autoridades se muestran por igual preocupados ante el incremento de los delitos del fuero común.
Los secuestros y balaceras han ido a la baja en meses recientes, ya no hay ejecuciones en las calles a plena luz del día, pero los homicidios y el robo han tenido un incremento alarmante.
El último reporte del Observatorio Ciudadano sobre Delitos de Alto Impacto en Tampico, Ciudad Madero y Altamira correspondiente a noviembre de 2016 registra 16 homicidios culposos.
A escala nacional se presenta un índice de 1.05 homicidios de este tipo por cada cien mil habitantes, y estos tres municipios están 88 por ciento por encima de esta cifra. En el caso de Altamira, el incremento es de 300 por ciento en relación con octubre, y en Tampico fue de 150 por ciento.
También en noviembre fueron reportados 134 robos con violencia, 46 por ciento en Tampico, 32 en Altamira y 22 en Ciudad Madero, un incremento de 5 por ciento respecto al mes anterior, y 29 por ciento superior a la media nacional.
El robo de vehículos aumentó 55 por ciento con la denuncia de 76 casos, una tercera parte de los cuales se hizo con violencia. Adicionalmente se registraron 56 robos a casa habitación y 44 más a negocios, en la mayoría de los casos con violencia.
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El sur de Tamaulipas se dedica al turismo y las actividades petroquímicas, agrícolas, ganaderas, industriales y comerciales. Y todos los sectores por igual se dicen afectados, tanto como los ciudadanos comunes.
Luis Apperti Llovet, coordinador de la Mesa de Seguridad y Justicia, y Leobardo Saldívar, delegado de la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga al Sur de Tamaulipas, atribuyeron el incremento de los delitos del fuero común al desempleo y a la falta de oportunidades.
Rechazaron la participación de cárteles o bandas del crimen organizado, y hablaron de individuos o familiares que actúan solos.
Las actividades criminales se ven facilitadas, además, por la ausencia de elementos policiales en los tres municipios. Hasta abril de 2013, cuando entró en vigor el mando único en Tamaulipas, los 43 municipios de la entidad tenían sus propias corporaciones.
La de Tampico, por ejemplo, estaba integrada por 340 elementos, según la presidenta municipal, Magdalena Peraza. Sin embargo, actualmente hay solo 206 para vigilar no solo esa ciudad, sino también Madero y Altamira.
Alejandro Beaven Magaña, delegado de la Policía Estatal Acreditable en la zona sur, reconoció que son insuficientes, por lo que anunció que esta semana llegarán cien elementos más.
El déficit es evidente al recorrer las calles. No se observa la presencia de agentes en zonas comerciales, turísticas, portuarias, de esparcimiento, ni habitacionales. Los delincuentes actúan y cuando la policía se entera casi siempre llega tarde.
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública, Tamaulipas está entre los diez estados que tienen menos policías, con tres mil 427 agentes para dar protección a tres millones 268 mil habitantes.
José Luis Sánchez, presidente del Consejo de Instituciones Empresariales del Sur de Tamaulipas y las Huastecas, explicó que con la llegada del mando único hubo una “limpia”, en la que más de cuatro mil elementos fueron despedidos por no pasar las pruebas de control de confianza o por no ser físicamente aptos para la tarea.
El gobernador Francisco García Cabeza de Vaca reconoció que la entidad debe tener al menos nueve mil policías estatales, sin embargo hay poco interés por pertenecer a la corporación debido a la inseguridad.
Según reportes de 2014 de la Secretaría de Seguridad Pública, 70 por ciento de los efectivos que forman parte de la Policía Estatal Acreditable tuvieron que ser reclutados en entidades como Veracruz, Chiapas, Querétaro y Monterrey.
Adicionalmente, los filtros y controles que el gobierno aplica a los aspirantes frenan el reclutamiento. José Luis del Ángel, presidente de la Cámara Nacional de Comercio en Tampico, consideró el proceso como “muy estricto y con muchos candados” e indicó que de los pocos aspirantes que son reclutados, solo 20 por ciento concluye la capacitación de 120 días.
Mientras el gobierno del estado llega a la meta de reclutar y formar a otros seis mil policías, los sectores afectados por la inseguridad pidieron al gobierno federal no abandonarlos y mantener la presencia del Ejército, la Marina y la Gendarmería en Tamaulipas porque, de lo contrario, advirtieron, habrá ciudades absolutamente desamparadas ante la delincuencia.