El primer mes de este año Guerrero cerró con el registro de 25 feminicidios, casi uno por día, siete meses después de que la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (Conavim) decretara la Alerta de Violencia de Género (AVG) para ocho municipios de la entidad.
En 2017 Acapulco concentró la mayor parte de casos de feminicidio, seguido por la capital del estado, Chilpancingo de los Bravo, y en tercer lugar, Chilapa de Álvarez, municipio ubicado en la zona de La Montaña, de acuerdo con el registro de la Asociación Guerrerense Contra la Violencia Hacia las Mujeres, que contabilizó en este periodo un total de 156 casos.
En junio de 2017, la Conavim decretó la AVG para ocho municipios de Guerrero, luego de que ésta fuera solicitada el 23 de junio de 2016 por la Asociación Guerrerense contra la Violencia hacia las Mujeres A.C. para Acapulco de Juárez, Ayutla de los Libres, Chilpancingo de los Bravo, Coyuca de Catalán, Iguala de la Independencia, José Azueta, Ometepec y Tlapa de Comonfort.
De acuerdo con el informe presentado por la organización para la solicitud de la AVG, de 2010 a 2015 se cometieron 901 homicidios dolosos de mujeres en la entidad: en 2010 se registraron 124, al 2015 la cifra se ubicó en 225. Destaca Acapulco como el municipio que tuvo el mayor número de casos (431), seguido por Chilpancingo (45), Iguala (49), José Azueta (29), Tlapa de Comonfort (12 ), Ometepec (14), Coyuca (16), Ayutla (8) y otros municipios con 297 casos. Guerrero tiene 81 municipios.
El mismo informe refiere que del total de asesinatos registrados, 62.6 por ciento fue por arma de fuego y en todos la víctima tenía una relación cercana con su agresor, es decir, fue asesinada por su esposo, novio, ex pareja sentimental.
Organizaciones civiles como la Alianza Feminista y el Observatorio Hannah Arendt señalaron que la violencia contra las mujeres se incrementó de manera considerable a partir de 2006, cuando el panista Felipe Calderón arribó a la Presidencia del país e inició su llamada “guerra contra el narcotráfico”.
Análisis en el que coincide ONU Mujeres en su informe “Violencia feminicida en México, aproximaciones y tendencias 1985–2014”, el cual constata que en el periodo de 2007 a 2013 se “observa un aumento muy importante en la tasa de defunciones femeninas con presunción de homicidio en el estado” y que colocó a Guerrero en el primer lugar durante 2006 y 2007.
LEGISLACIÓN
Guerrero fue el primer estado en tipificar el delito de feminicidio en su Código Penal, el cual entró en vigor en diciembre de 2010 y estableció que “el feminicidio es la privación de la vida de una mujer cuando se tenga por fin ocultar una violación, por desprecio u odio a la víctima, por tortura, tratos crueles o degradantes, por la existencia de una relación de afecto entre la víctima y el agresor, por violencia familiar o cuando la víctima se encontrara en un estado de indefensión”.
El código fue reformado en 2012 para quitar la parte relativa a la violencia sexual, pero aún así organizaciones como el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) criticaron la reforma ya que para acreditarlo se condiciona la intencionalidad del agresor.
Respecto al protocolo para investigar este delito, Guerrero también fue el primer estado en presentarlo (2008); no obstante, un análisis hecho por el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio consideró que éste “no está elaborado a partir del tipo penal vigente y está desfasado de las circunstancias que establece el Código Penal de la entidad, de forma que no explica las circunstancias del tipo penal ni desarrolla las actuaciones con perspectiva de género y derechos humanos”.
IMPUNIDAD
Un protocolo deficiente y la mala clasificación de los asesinatos dolosos de mujeres derivan en que en la entidad existan cifras dispares que realmente den cuenta de la dimensión de la violencia feminicida en el estado.
Mientras las organizaciones civiles que dan seguimiento y acompañamiento a los casos de feminicidio señalan que el año pasado se cometieron 217, la Fiscalía General del estado solamente reconoció 13. La dependencia no informa ni cuántos homicidios son investigados siguiendo el protocolo de feminicidio, tampoco si se da seguimiento.
Aunado a ello, la falta de capacitación y sensibilización de los funcionarios y encargados de procurar y administrar justicia contribuye a revictimizar a las mujeres asesinadas y a sus familias.
El grupo de trabajo responsable de la investigación calificó de “preocupante” que personal de la fiscalía y las agencias del MP especializadas, en muy pocos casos, tenían conocimiento de la existencia de los protocolos que se han creado para la investigación de delitos relacionados con la violencia contra mujeres, incluso, refirió que “algunas de las personas entrevistadas no conocían los tipos penales de los delitos que son competentes; en otros casos, las servidoras o servidores relacionan los casos de feminicidio con la delincuencia organizada, lo que deja la impresión de la normalización de la violencia o bien su indebida justificación”.
Ejemplo de ello es que en días pasados, durante una conferencia por el caso de Azucena, una joven de 17 años que estuvo desaparecida, cuyo cuerpo encontraron degollado y abandonado junto a su hija recién nacida en el municipio de Chilapa de Álvarez, el propio fiscal general, Xavier Olea Pelaéz, responsabilizó a las mujeres por el aumento de la violencia en su contra, al argumentar “que están participando de una o de otra manera en el crimen organizado”.
Cabe recordar que apenas el pasado 30 de enero se informó que la Alerta de Violencia de Género se extendió también al municipio de Chilapa.
En las regiones de La Montaña, principalmente en los municipios de Tlapa de Comonfort, Alcozauca, Zapotitlán y Acatepec, las mujeres no están exentas de esta violencia.
Los Centros de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan y José María Morelos y Pavón han señalado en reiteradas ocasiones que las mujeres no tienen acceso a la justicia, aun cuando en el estado existen 18 Unidades Municipales de Atención y Prevención de Violencia de Género, 15 Centros para el Desarrollo de las Mujeres y tres Centros de Justicia que deben prestar servicios de acompañamiento jurídico y orientación a las víctimas.
De enero a abril de 2017 estas organizaciones documentaron 10 casos de feminicidio en los municipios de Tlapa de Comonfort. Todos continúan impunes.
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