Ministerial estuvo bajo arraigo por desaparición

La agente conocida como "La Galleta", quien está detenida por presunto secuestro y chantaje, fue investigada en el 2010 luego de que un joven desapareciera tras un traslado en el que ella participó.

Monterrey /

La elemento de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) que fue detenida con orden de aprehensión, el fin de semana, por presuntamente chantajear y secuestrar a un comerciante, tiene un negro historial en la corporación policiaca, porque fue investigada y estuvo arraigada por la desaparición del sampetrino Jehú Abraham Sepúlveda Garza, a quien su familia busca desde el 12 de noviembre de 2010.

En ese año, la investigadora estatal, Brenda Lizeth Fernández Perales, apodada 'La Galleta', estaba comisionada en el grupo de Homicidios y trabajaba bajo las órdenes del detective Sergio Medina Escareño.

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Durante las investigaciones de esos hechos trascendió que Sepúlveda Garza, de 24 años de edad, fue detenido por policías de San Pedro al salir de una tienda de conveniencia, porque presuntamente estaba relacionado con la delincuencia organizada.

Tras su detención, el sampetrino fue trasladado a las instalaciones de la AEI y de ahí al cuartel que la Marina Armada de México había establecido en el municipio de San Nicolás.

Presuntamente, en esa ocasión, Fernández Perales recibió instrucciones de su jefe inmediato Sergio Medina, quien tenía unos años de haber regresado a la corporación a la que renunció por supuestas amenazas de la delincuencia organizada, para participar en ese traslado, junto con otros dos investigadores, Miguel Escobedo y Javier Rangel Rojas, quien fue ejecutado en marzo del año pasado.

Después de ser trasladado, el sampetrino desapareció, por lo que Brenda Lizeth y sus ex compañeros fueron arraigados e investigados sin ningún resultado.

Pese a esa situación, ahora Fernández Perales estaba comisionada en la guardia del Centro de Operaciones Estratégicas, donde se encargaba de resguardar a los investigados por delitos contra la salud y chantajes como el que ella protagonizó en perjuicio de un comerciante al que, presuntamente, le exigió 50 mil pesos, de los cuales obtuvo 15, en complicidad con otros cuatro sujetos que no tienen nada que ver con la corporación.

FSAD

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