"La orden es que en Chilapa y la Montaña Baja no haya clases hasta nuevo aviso. Déjennos trabajar".
El mensaje, atribuido a un grupo criminal, comenzó a circular en redes sociales y no tardó en llegar a maestros y padres de familia de esa región en Guerrero. Las autoridades educativas de la zona no dudaron y cerraron las escuelas. Hace más de un mes que no han regresado a clases.
El sector educativo de la Montaña Baja contempla a los municipios de Ahuacuotzingo, Atlixtac, Chilapa, José Joaquín Herrera y Zitlala. De acuerdo con la Dirección Regional de Servicios Educativos de la Secretaría de Educación de Guerrero, en esa región hay 680 escuelas de todos los niveles y 62 mil 870 alumnos. Hasta ayer, solo 30 planteles tenían clases.
Más de un mes que 650 escuelas y al menos 60 mil niños no están en las aulas. Maestros y padres de familia relataron que las suspensiones de actividades educativas comenzaron desde el pasado 19 de septiembre, como consecuencia del sismo, pero los días siguieron pasando y las escuelas se mantenían cerradas…
Autoridades educativas del estado aseguraron que el cierre de las escuelas se debe a que no han sido revisadas, y que el próximo lunes se tendrán que reanudar las clases, pero no se pronunciaron por el tema de la inseguridad.
Maestros y padres de familia consideraron que la autoridad estatal quiere “tapar” el tema de las amenazas del crimen con el sismo.
Jesús Parra, alcalde de Chilapa, relató que desde hace semanas, “a través de perfiles falsos”, presuntos integrantes de bandas delincuenciales comenzaron a enviar mensajes en redes sociales para intimidar a los maestros y que no haya clases.
“Han sembrado el temor, la psicosis, y obviamente afecta a toda la población”, enfatizó.
Según los mensajes, un grupo criminal anuncia que está llevando a cabo una “limpia” de la otra banda delincuencial presente en la región, y para evitar que “haya gente inocente en lugares equivocados”, la orden es de cerrar las escuelas.
Maestros y padres de familia en Chilapa aseguraron que no harían caso de estos mensajes anónimos en redes sociales, si no fuera por la violencia y la disputa abierta que se vive en la región desde hace años, a pesar de la presencia del Ejército.
Tan solo en lo que va del año se han registrado 146 homicidios dolosos, lo que representa un aumento de más de 114 por ciento respecto al mismo periodo de 2016.
De acuerdo con el presidente municipal, toda esta situación ya tiene consecuencias. “Padres de familia vienen al ayuntamiento a preguntarnos: ‘Presidente, ¿qué está pasando?, queremos que nuestros hijos vayan a las escuelas’, y lamentablemente muchos padres están optando por sacar a los alumnos de las instituciones educativas y llevárselos a otros municipios”, aseveró.
Por ello, el alcalde priista de Chilapa pidió al secretario de Educación estatal ir al municipio para constatar lo que se vive a diario.
“Si es necesario vamos a las comunidades y les preguntamos a los comisarios, a los delegados y padres de familia, qué está pasando en cada una de las localidades”, enfatizó.
En algunos casos se realizaron reuniones para analizar esta situación, como en la escuela primaria Eucaria Apreza, donde el lunes pasado los alumnos llegaron con uniforme, pero tras el encuentro con autoridades educativas, los padres decidieron llevarse a sus hijos. Tanto profesores como padres de familia exigen seguridad para que regresar a las aulas.
APLAZAMIENTOS
El 28 de septiembre, la Secretaría de Educación local emitió el primer oficio, en el que informó que los planteles serían cerrados hasta el 5 de octubre, “con el propósito de continuar con la revisión exhaustiva de las condiciones estructurales de las escuelas y así garantizar las condiciones necesarias para el aprendizaje de los educandos”.
Llegado el día, la dependencia estatal, a cargo de José Luis González de la Vega, anunció la “primera prórroga” de suspensión de clases en un nuevo escrito. El argumento fue el mismo, y la fecha para reanudar labores se señaló para el 11 de octubre.
La segunda prórroga se dio a conocer ese mismo día en que regresarían a clases, según el oficio dirigido al “sector educativo de la región montaña baja” y signado por el director general de la Unidad de Asuntos Jurídicos, Abraham Godínez.
En esa ocasión, el documento precisó que sería el 17 de octubre cuando abrirían las escuelas en la región. La explicación oficial para que se mantuvieran cerradas era que no habían sido “inspeccionadas”. Llegada la fecha señalada se emitió la tercera prórroga, ahora aplazando al 25 de octubre la apertura de las aulas.
Dos días después de esa fecha se anunció la cuarta prórroga. En este último oficio 1.0.1/2017/2808, la Secretaría de Educación de Guerrero aseguró que “los trabajos de revisión (…) llevan un avance significativo”, y que la “suspensión temporal” se extendería hasta el próximo lunes 6 de noviembre.
En el escrito también se solicita ya “que aquellas escuelas que se encuentran en posibilidad de regresar y normalizar actividades, así lo hagan”.
Jerónimo Maurilio, director regional de Servicios Educativos de la Secretaría de Educación estatal, justificó el cierre de planteles: “El personal que se tiene es poco y se trata de llegar y dar certeza a los padres de familia y garantizar la seguridad de los niños y de los maestros. Los padres de familia están pidiendo que se reactiven las clases, pero no se puede, no podemos nosotros dar un dictamen... hay especialistas que vienen a revisar estas infraestructuras”, afirma.
Los padres, el alcalde y maestros dicen otra cosa: aparte del sismo, no hay clases por la guerra entre bandas criminales que amenazan a la población…