Tres balas perforaron el cuerpo de Selene Hernández Mujica, de 28 años, luego de que su ex pareja, Óscar Alejandro Munguía, le disparó en el local en el que ella trabajaba en el centro comercial Reforma 222.
Tras el ataque, Alejandro intentó suicidarse. Paramédicos corrieron por el centro comercial y trasladaron en ambulancias a los dos heridos, quienes disputaban la custodia de su hijo de 3 años. Ella murió y él está grave en un hospital en calidad de detenido.
La Procuraduría capitalina informó que investiga como feminicidio el asesinato de Selene, pues su ex pareja tenía la intención de matarla, "tan así que (el hombre) llevaba un recado", precisó el subprocurador de Averiguaciones Previas, Guillermo Terán, en entrevista para Grupo Fórmula.
Anayeli Pérez Garrido, asesora jurídica del Observatorio Nacional del Feminicidio, dijo que la muerte de toda mujer debe ser investigada como feminicidio, ya que este delito contempla otros aspectos que no sigue el homicidio, como el antecedente de violencia familiar y las relaciones con círculos cercanos de la víctima.
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La Suprema Corte sentó ese precedente a partir de la muerte de Marina Lima Buendía, ocurrida en 2010. El caso se había cerrado después de que su esposo Julio César Hernández Ballinas declaró que se había suicidado. El alto tribunal reabrió el caso y pidió investigar la muerte como feminicidio. Seis años después del crimen, en 2016, un juez inició un proceso penal contra Hernández Ballinas por feminicidio.
"La Suprema Corte revisa el caso y dice a las autoridades del país que las investigaciones de la muerte de una mujer, aun cuando parezca suicidio, accidente u otro motivo, se debe investigar con perspectiva de género, como feminicidio", dijo la asesora jurídica del Observatorio Nacional del Feminicidio en entrevista para MILENIO Digital.
Señaló que estándares legales obligan a las autoridades a que las muertes violentas de mujeres se investiguen con esa perspectiva.
En el caso de Selene, dijo, "existen datos de violencia, de antecedentes de violencia, el mensaje que tenía el presunto asesino y si se indaga con familiares y amigos se van a acreditar seguramente los antecedentes de violencia".
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Explicó que cuando una mujer trata de salir del círculo de violencia es cuando corre más riesgo de ser asesinada. Puso casos en los que una mujer pide el divorcio a su pareja, la pensión alimenticia o se salen de sus casas. Selene luchaba la patria potestad de su hijo.
Acusó que los feminicidios ocurren por falta de prevención de las autoridades, ya que en regularmente no atienden los casos de violencia familiar cuando la mujer pide ayuda. Para llegar a ese punto (feminicidio) es que ya se superaron otros (relacionados con la violencia familiar).
Explicó que una mujer denuncia cuando dice basta a costa de perderlo todo. "Muchas mujeres temen perder su trabajo y cuando hay una denuncia, las autoridades en vez de dar oportunidad para actuar, les dan largas, no dan atención, no les otorgan a las víctimas órdenes de protección y eso favorece a que los potenciales feminicidas".
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Precisó que si Selene denunció a su ex pareja "habría violación flagrante de derechos humanos, porque la autoridad no atendió la denuncia adecuadamente. Habría responsabilidad directa de autoridades por no otorgar protección a la víctima", dijo.
Por lo pronto, el presunto asesino de Selene podría ser acreedor a una pena de 30 a 60 años de cárcel.
El artículo 148 Bis del Código Penal para el Distrito Federal señala que un feminicida es quien "por razones de género, prive de la vida a una mujer" y se impone una sanción de 20 a 50 años de prisión.
Sin embargo, si entre la víctima y el asesino "existió una relación sentimental, afectiva o de confianza; de parentesco, laboral, docente o cualquiera que implique subordinación o superioridad" se acreditan las razones de género y la sanción aumenta de 30 a 70 años de prisión.
jbh