La muerte del periodista Javier Valdez y las de otros cuatro reporteros en lo que va de 2017 muestran la ineficacia de los programas de protección a comunicadores en México, principalmente por la falta de recursos.
A pesar de que el presidente Enrique Peña Nieto asegura estar comprometido con la seguridad de los comunicadores y activistas, el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas carece de recursos para operar este año.
Este sistema fue creado en 2012 y actualmente ampara a 509 personas.
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El programa ofrece medidas de seguridad, entre ellas, escoltas, patrullajes, manuales de autoprotección y un botón de pánico para alertar a las autoridades en caso de estar en peligro.
En la actualidad el fondo utiliza remanentes de años anteriores, denunció en abril la Comisión de Nacional Derechos Humanos (CNDH).
Según miembros de la Comisión Especial de Seguimiento a las Agresiones contra la Prensa en la Cámara de Diputados, quedan 180 millones de pesos para el resto del año, lo que ocasionará que en el recurso se agote en los últimos meses y sea imposible mantener las medidas de protección.
Lo mismo ocurre con la Fiscalía Especial para Atender los Delitos contra la Libertad de Expresión, una instancia creada en 2010 por el ex presidente Felipe Calderón, para investigar crímenes y amenazas contra reporteros.
La administración del presidente Peña Nieto ha recortado su presupuesto: de 38 millones de pesos en 2013 pasó a 18 millones 400 mil pesos en 2017.
Ni con escoltas está uno seguro...
El periodista Noé Zavaleta, corresponsal de Proceso en Veracruz contó a la AFP que el mecanismo de protección al que él mismo está acogido ha mostrado sus limitaciones por falta de dinero.
Zavaleta dijo que durante los seis meses que tuvo escoltas dijo que se quejaron de que necesitaban chalecos antibalas y un mejor vehículo y nunca les autorizaron eso por un tema de insuficiencia presupuestal.
Uno de sus guardaespaldas falleció en marzo cuando se enfrentó a los agresores del periodista independiente Julio Omar Gómez, cuya casa en Cabo San Lucas, en Baja California (noroeste), incendiaron.
A final de cuentas, ya ni con escoltas está uno seguro, dijo el comunicador.
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Reporteros Sin Fronteras (RSF), que considera México el tercer país más peligroso del mundo para ejercer el periodismo atribuye la falta de recursos a que no hay voluntad política.
Es una situación bastante lamentable, dijo a la AFP Balbina Flores, corresponsal en México de la organización.
La directora de la organización Artículo 19, Ana Cristina Ruelas, dijo que si el mecanismo de protección no tiene presupuesto es porque el asesinato de periodistas no es un problema público.
En su informe 2016 dijo que los mecanismos de protección no han demostrado ser una garantía para detener las agresiones contra la prensa, lo que ha disuadido a muchos reporteros de acogerse a este plan.
“Ser periodista es como formar parte de una lista negra…”
Javier Valdez, de 50 años, dijo en una ocasión que ser periodista es como formar parte de una lista negra: aunque tú tengas blindaje y escoltas, ellos van a decidir el día en que te van a matar.
Durante sus casi tres décadas de carrera cubrió exhaustivamente temas relacionados con el narcotráfico y el crimen organizado, siendo siempre consciente de los riesgos que corría, pero nunca comentó haber recibido amenazas.
El lunes fue acribillado en Culiacán, cerca del semanario Ríodoce, que fundó en 2003.
Desde hacía más de una década era colaborador de la AFP y también corresponsal del diario La Jornada.
La muerte de Valdez ha vuelto a encender todas las alarmas por los peligros que sufren los reporteros: con él suman más de 100 los periodistas que han perdido la vida en México por su profesión desde el año 2000.
La presión social, que reclama justicia para él y todos los homicidios que han quedado impunes, puede lograr abrir un debate político.
Lo que debe suceder es que en el próximo análisis (del presupuesto) tendremos que apretar la tuerca y que se destinen recursos al mecanismo de protección, dijo el diputado Exaltación González, Integrante de la Comisión Especial de Seguimiento a las Agresiones contra la Prensa.
OVM