Josué y Christina luchan contra la pandemia del covid-19 desde los hogares de pacientes. La Asociación Civil “Juntos Contra el Dolor” brinda cuidados paliativos a estas personas que contrajeron el virus SARS-CoV-2, que son tratadas en casa y presentan dificultades de salud.
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Algunos pacientes contagiados que pertenecen a grupos vulnerables, deciden no acudir al hospital, ya sea por no ser derechohabientes, no encontrar lugar para ser internados o incluso por miedo.
“Ver si necesitan algún cambio en su tratamiento, dar recomendaciones generales para que también la familia esté enterada de la situación, la gravedad de la paciente, los síntomas y en general darle indicaciones a los familiares de lo que deben hacer y no deben hacer”, dijo el médico Josué Eduardo Hernández.
La labor médica comienza cuando los familiares o los propios enfermos marcan a la línea de atención para solicitar el servicio. Personal certificado realiza una serie de preguntas para saber la gravedad y datos del paciente y después un equipo de médicos se preparan para acudir al domicilio.
Juntos Contra el Dolor brinda atención en toda el Área Metropolitana de Guadalajara, hoy su destino es la calle Pablo Neruda en la colonia El Campesino, ubicada en Tlaquepaque.
“Traemos todo el medicamento que se pueda necesitar, dependiendo cómo está el paciente, traemos como tres esquemas, leve, moderado o severo. Traemos también algunos medicamentos que utilizamos en cuidados paliativos ya sea que tenga mucho dolor el paciente. También traemos guantes, cinta, torundas, estetoscopio, baumanómetro”, dijo la doctora Ana Christina Xagiola Lopez
El personal cuenta con un equipo para sanitizar el domicilio que visitan y luego continuar con el trabajo.
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Silvia Hernández Rentería tiene 59 años, empezó con síntomas de covid-19 el 31 de enero, padece Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica lo que complica el panorama. “Te ayudan, están contigo, están apoyando en todos los sentidos para mi son unos ángeles, dijo la paciente.
Sin embargo, luego de revisar sus signos vitales, los médicos corroboran que se encuentra estable. Su saturación de oxígeno es de 93.
Tras media hora de atención, Christina y Josué concluyen el servicio, salen del domicilio, sanitizan con meticulosidad todos los instrumentos, se quitan careta, cubrebocas y lentes.
Suben al auto con destino a otro domicilio y repetirán la operación hasta cuatro veces más a lo largo del día.
SRN