"Ni Dios acaba con la corrupción", advirtió a los políticos el obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi.
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Durante su mensaje semanal, dijo que los políticos exageran cuando prometen que acabarán con la corrupción, debido a que el dinero y el poder se meten en las rendijas más profundas del alma.
"Cuando un candidato a puestos públicos asegura y promete que acabará con la corrupción, cosa muy de alabar, olvida que el dinero y la seducción del poder se meten hasta las rendijas más profundas del alma y que nadie está exento de esa tentación. ¡No hay que prometer lo que no se puede cumplir!
"Las intenciones son excelentes, pero hay que ser realistas y no demagogos. Hay que luchar contra toda corrupción, claro que sí, pero hay que ser humildes para reconocer las limitaciones humanas. Hay pecados que se nos salen de control" aseguró.
Arizmendi dijo que los corruptos dañan la dignidad de las personas, por que utilizan su poder para su propia conveniencia y dejan a los débiles desamparados.
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El obispo aseguró que las personas nacen libres y toman la decisión de caer en el pecado.
"Jesucristo escogió al equipo central de su obra redentora, pero Judas le salió muy corrupto. No fue culpa de Jesús, sino decisión libre de Judas", agregó.
JASR