Juan Carlos Andrade Magaña, el alcalde con licencia asesinado este fin de semana por desconocidos mientras viajaba entre Jalisco y Michoacán, soñaba con conocer a la canciller alemana Angela Merker.
El encuentro, de apariencia descabellada y que finalmente nunca se realizó, fue solicitado por el hoy fallecido alcalde con licencia en junio de 2017, con motivo de la visita que la primera ministra germana hizo a México de manera oficial.
La petición de Juan Carlos Andrade sonaba cándida si no que fantasiosa, pues implicaba un encuentro entre el alcalde de un municipio rural de 10 mil habitantes, con la jefa de Estado de una de las naciones europeas más poderosas del mundo.
En una carta enviada, leer aquí, a la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, Andrade Magaña justificaba así su solicitud de conversar con Merkel por apenas unos minutos: "El liderazgo que ella imprime al mundo debe ser un referente para todos los pueblos. Sé que es una dimensión abismal la pretensión de un pobre alcalde mexicano intentar ver a la canciller, pero créanme, es de suma importancia poder verla".
En la reunión con la dirigente alemana, el alcalde de Jilotlán de los Dolores quería "poder explicarle cómo estamos haciendo la vida juntos y tan lejanos, buscando lo mismo en situaciones totalmente distintas". Denme, pedía el alcalde a la SRE, "la oportunidad de conocerla y verla".
El encuentro no se realizó. Y ya no podrá ocurrir jamás. Juan Carlos Andrade fue asesinado a tiros en su vehículo en los límites entre Jalisco y Michoacán, una zona con fuerte presencia del narcotráfico.
GPE