Uno de los mejores propósitos que puede hacerse este 2018 es dejar de fumar. La nicotina, entre otras miles de sustancias que usted inhala en cada rollito de tabaco, le está arrebatando salud, lozanía, dinero, calidad y años de vida.
Se estima que en la Zona Metropolitana de Guadalajara hasta un 20 por ciento de la población fuma. La mayoría de los nuevos usuarios son adolescentes, de acuerdo a la más reciente Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (Encodat, 2016 publicada el año pasado). De generar adicción estos jóvenes pasarán los siguientes veinte a treinta años de su vida fumando… en deterioro de la salud propia y de sus seres cercanos (como fumadores de segunda mano). Y muchos de ellos morirán prematuramente, a causa de este consumo. Hoy, cuatro de las principales causas de muerte están asociadas al tabaquismo, por lo que vale la pena tomar el reto.
“Dejar de fumar es posible”, afirma Alicia Yolanda Reyes Alexander, coordinadora en Jalisco de Códice, A.C., organismo civil dedicado a la lucha antitabaco. La activista señala hay varias opciones en Guadalajara para auxiliarle en ese propósito, las cuales son de carácter asistencial y por tanto no requieren mayor inversión económica. Entre ellas se encuentran la Clínica para Dejar de Fumar del Hospital Civil de Guadalajara y el programa similar en Centros de Integración Juvenil (CIJ). Otra opción es solicitar orientación al Consejo Estatal Contra las Adicciones en Jalisco (CECAJ) que dispone de una veintena de Centros de Atención Primaria de las Adicciones (CAPA) en el estado. Y por supuesto, están los servicios de médicos privados.
“El tratamiento del tabaquismo debe ser integral y de acuerdo a las características de cada individuo”, refirió Reyes Alexander; tras advertir que el primer requisito es: “la voluntad de dejar de fumar”… pero ése es solo el principio.
La doctora Guadalupe Ponciano Rodríguez, fundadora de la Clínica de Tabaquismo de la Facultad de Medicina de la UNAM, y una de las investigadoras más reconocidas en el tema en el país, sostiene que para dejar de fumar, no es suficiente el deseo de hacerlo, por lo cual es importante que la persona reciba un tratamiento que además combine la administración de fármacos, para atacar la dependencia física que se genera, y la terapia psicológica para atender los efectos emocionales.
La especialista describe que la modalidad más utilizada en todo el mundo para ayudar a los fumadores a liberarse de la adicción al tabaco y a controlar este síndrome de abstinencia son las Clínicas Contra el Tabaquismo, que integran fármacos y herramientas psicológicas. Y es por mucho, el programa más exitoso.
En su estudio “Evaluación del Programa de Tratamiento para la Cesación del Tabaquismo en la Clínica de la Facultad de Medicina de la UNAM”, Ponciano concluye que el éxito es alto: al término del mismo, más del 80 por ciento de sus pacientes lograron dejar de fumar.
En esta clínica, el tratamiento farmacológico se inicia a la par que la terapia psicológica que puede ser grupal o individual. Las grupales se conforman con 10 a 15 fumadores que se reúnen una vez por semana en sesiones de dos horas de duración a lo largo de 10 semanas; mismo tiempo y duración que si se lleva a cabo en lo individual. En cuanto a los fármacos, se recurre desde terapias de reemplazo de nicotina principalmente.
También advierte que se logró control del síndrome de abstinencia, que presentan los usuarios cuando se cesa o reduce el consumo de tabaco, el cual puede manifestarse con ansiedad, insomnio, irritabilidad, depresión, desánimo, reducción de la presión arterial, aumento de apetito y de peso, entre otros síntomas.
Al concluir el tratamiento es fundamental darle seguimiento al paciente, mediante sesiones mensuales durante el primer año. De mantenerse, existe menor riesgo de recaer.
Evitar recaídas
A propósito de las recientes fiestas decembrinas, y de las ocasiones de “tentación” que se presentan a un ex fumador, la doctora Ponciano publicó las siguientes recomendaciones para evitar recaídas (que puede consultar en la página de la Fundación Interamericana del Corazón en www.ficmexico.org/).
En ellas concluye que dejar de fumar es el mejor regalo que se pueda dar a sí mismo: tiempo de vida. Se ha observado que los fumadores que dejan de serlo a tiempo (antes de tener un enfisema o un infarto, por ejemplo), pueden incrementar su esperanza de vida hasta 10 años. Así que adelante. A empezar el año 2018 libre de humo de tabaco.
Claves
Del tratamiento
Fármacos
Terapias de reemplazo para deshabituar del tabaco. Parches, goma de mascar e inhaladores que liberan pequeñas dosis de nicotina y ayudan a controlar la ansiedad y a que el paciente deje de fumar.
Antidepresivos. Tienen acción directa en el sistema nervioso central y son útiles para abandonar el consumo de tabaco.
Vareniclina. Primer medicamento no nicotínico. Bloquea los efectos agradables de la nicotina (por fumar) en el cerebro.
Terapia psicológica
A través de la terapia conductual el paciente aprende a enfrentar sus problemas y a controlar sus emociones sin necesidad del tabaco.
Otras herramientas complementarias son activación física, ejercicios de relajación y respiración.
Contra las tentaciones
Buscar apoyo emocional. Hablar con la pareja, amigos o parientes cercanos al respecto. “Comenta que ya no fumas cuando te lleguen a ofrecer un cigarro y enfatiza cuánto tiempo te has mantenido sin fumar. Expresa seguridad cuando rechazas el cigarro”.
Evita conductas de riesgo. Tú te conoces mejor que nadie y sabes qué te puede estimular a fumar nuevamente.
Modera el consumo de alcohol. Recuerda que el exceso de alcohol “ablanda la voluntad” y puede hacerte tomar una decisión equivocada.
Solicita zona libre de humo de tabaco al acudir a restaurantes.
Sigue una rutina de ejercicio. Es uno de los mejores aliados para mantenerte sin fumar. Si tienes tentación por un cigarro, ejercítate y disfruta el bienestar que experimenta tu organismo gracias a la actividad física.
Aprende a reconocer cuáles son los síntomas y las situaciones de alto riesgo y llevar a cabo un “plan personal de emergencias”. Cada vez que pienses que volverás a fumar, enlista en una hoja de papel en dos columnas cuáles son los sentimientos disfuncionales que le motivan a fumar, cuáles son las consecuencias de hacerlo y dónde o con quién puedes acudir para pedir ayuda. Y en la columna de enfrente anota las alternativas funcionales para cada uno de estos pensamientos.
Valorar el esfuerzo. Recuerda todo lo que has tenido que poner de tu parte para dejar de fumar, capitaliza ese esfuerzo manteniéndote libre de tabaco.
Fuente: Dra. Guadalupe Ponciano Rodríguez, investigadora y fundadora de la Clínica del Tabaquismo de la Facultad de Medicina de la UNAM.
SRN