"El cáncer va al alza". La afirmación es contundente y no apunta a generar pánico sino conciencia y "a cerrar filas", señaló el doctor Adalberto Gómez Rodríguez, director general del Instituto Jalisciense de Cancerología (IJC), a propósito del día mundial de lucha contra esta enfermedad que se conmemora hoy.
"Lamentablemente sí. Va al alza. En unas décadas, el cáncer pudiese ser la primera causa de muerte a nivel mundial, por una parte debido a la buena noticia para contener muertes por enfermedades y accidentes cardiovasculares y a que el sector salud ha venido dotando a las instituciones para que cuenten de un equipo bien integrado para rescatar a la gente de los infartos", explicó en entrevista con MILENIO Jalisco.
La misma contención puede alcanzarse en el caso de la llamada 'epidemia' de diabetes mellitus y obesidad que hoy han puesto en alerta sanitaria a México. "Con estas estrategias se van a atemperar y disminuir muertes que son evitables. Si bien es cierto que la diabetes no es curable al día de hoy, hay muchas formas de alejar a las personas del riesgo de muerte", describió. Sin embargo, en el caso de los tumores malignos, el reto para reducir su incidencia y su letalidad es sumamente complejo.
"El cáncer no es una. Son cien enfermedades diferentes. Todavía tenemos espacios que desconocemos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) nos dice que los más avezados investigadores, la ciencia, no saben más allá del 10 por ciento de lo que es el cáncer", refirió.
Eso no significa rendirse. La apuesta del IJC y de los grandes hospitales especializados del mundo es el tratamiento multidisciplinario "porque el mejor oncólogo requiere de la participación de trabajo social, nutrición, psicología y enfermería, con personal especializado en la atención de los pacientes. Son equipos llamados unidades funcionales", detalló Gómez Rodríguez.
El IJC cuenta hoy con 340 trabajadores, de ellos 139 son enfermeras, muchas con posgrado en atención oncológica, y 80 médicos. Durante 2016, en su apretado espacio, casi siempre al 100 por ciento de ocupación, se diagnosticaron 3 mil 30 casos de cáncer.
"Sigue ocupado el primer lugar de morbilidad el cáncer de mama. Esto es igual a nivel mundial y aquí en México", dijo el directivo del hospital oncológico para población sin seguridad social que más pacientes atiende en el occidente del país.
Sólo el cáncer de mama representó 17.61 por ciento de todos los casos nuevos atendidos en este Instituto (533 pacientes), seguido del cáncer de cérvix con 8.59 por ciento (260 pacientes) y en tercer lugar por el de próstata con 6.41 por ciento (194 pacientes). No es raro, por tanto, entender que la incidencia de cáncer está afectando más a mujeres. Suman 62.51 por ciento las pacientes del sexo femenino con tumores malignos (1,894 casos), frente a 37.49 por ciento de varones (1,136 casos de todos los tipos).
Algo más que enfatiza el médico: "Más del 50 por ciento de las mujeres con cáncer de mama que acuden a atención llegan al IJC con metástasis, es decir, tumores que ya no están únicamente en el tejido glandular mamario, sino que ya emigró a ganglios, pulmón, huesos, cerebro. Eso hace mucho más complicado el manejo. De más alto costo económico, pero sobre todo de mayor sufrimiento para las pacientes y menores posibilidades de lograr alivo".
Paty Ayala llegó hace algunos años al IJC, donde enfrentó a sus cuarenta de edad, la devastadora noticia de que padecía cáncer de mama. Todavía no estaba en rango de practicarse mamografías de rutina y no hay en su familia antecedentes de cáncer. Pero es mexicana y ése sólo hecho eleva 12 por ciento el riesgo de padecer esta enfermedad, según Adrián Daneri Navarro, investigador de la Universidad de Guadalajara.
"Me voy a morir", pensó Paty, madre de dos hijas, al no tener seguro social ni dinero para pagar el tratamiento. Luego supo que su cáncer era cubierto por el seguro popular, pero apenas sorteó uno de los muchos temores.
"Mi vida cambió 180 grados... Al principio todo es confuso, y con el tiempo va asimilando su condición, no es fácil que de la noche a la mañana le digan a uno: efectivamente usted tiene cáncer y aquí está el tratamiento", comentó. Tras la aceptación, comienza la verdadera batalla: la cirugía para extirpar la mama y la quimioterapia. A Paty, le dolieron ambas, pero la segunda le caló el alma.
"Empiezan los malestares, el vómito, el cansancio y... la caída del cabello, que fue lo más impactante... Si uno no dice que le falta una mama, nadie lo nota. Se puede poner una almohadita o hacer una prótesis de alpiste, pero cuando se cae el cabello no se puede ocultar. Tuve peluca y me daba mucho calor, así que me puse un turbante", narró. El llamativo accesorio se volvió estigma. La gente la miraba en la calle y hubo un señor que en el camión de lujo, que exige no llevar pasaje de pie, prefirió quedarse parado antes que sentarse junto a ella.
Así el grado de incomprensión todavía hoy sobre la enfermedad, y la forma en que muchos lastiman sin saber. O sabiendo.
Al dolor propio se suma el de los que aman. Debilitada, Paty dejó de caminar y de hacerse cargo de la casa, y todo el peso del hogar recayó sobre su hija menor, de 17 años. "Extraño a mi mamá, a la mamá que caminaba. A la que estaba conmigo. Ahora todo el tiempo te sientes mal", le confesó alguna vez, con miedo a perderla en definitiva.
Al paso de los meses Paty le ganó esa batalla al cáncer y un poco más adelante se convirtió en voluntaria. Vendría una recaída que no le impide compartir un mensaje de esperanza en este día: "el cáncer no se puede prevenir, pero se puede detectar a tiempo y eso puede hacer la diferencia... mujeres atiéndanse, enseñen a sus hijas e hijos a que se atiendan, porque cualquiera lo puede padecer, en algún momento".
Piden 'fondo blindado' para costear tratamientos oncológicos
La sociedad civil organizada alza su voz en este día de lucha para reiterar una petición: crear un fondo blindado para costear los tratamientos oncológicos de los pacientes sin seguridad social, que tampoco tienen acceso a la cobertura del seguro popular por su tipo de cáncer.
“No vamos a quitar el dedo del renglón”, advirtió Mayra Galindo, directora de la Asociación Mexicana de Lucha contra el Cáncer, en torno a los recortes presupuestales que este 2017 también afectaron al sector salud.
En entrevista con este medio, detalló que hoy día sólo cuatro tipos de cáncer, entre los cinco más frecuentes, son cubiertos por el Seguro Popular: mama, cérvico-uterino, próstata y colon, pero aunque son los más comunes, cientos de personas quedan a la deriva, sin capacidad económica para el pago del tratamiento de otros tumores malignos (el de ovario también está incluido pero el de pulmón que lo supera en incidencia a nivel nacional).
“Nos preocupa que esté incluido el cáncer de pulmón en unas acciones de prevención y detección oportuna, pero no está incluida la atención por el seguro popular. Entonces ¿para qué detectamos si no vamos a apoyar a la gente con su tratamiento?”, cuestionó.
El tratamiento del colon se incluyó en la cobertura para población abierta en 2012 “pero una cosa es dar la noticia y otra lo que sucede directamente en los hospitales, donde el tratamiento no fluyó tan rápido. Son muchas piedras en el camino, hay que acreditar a los hospitales y… esto requiere cumplir una serie de requisitos, de tal forma, que sólo hay unos quince hospitales acreditados en el tema de cáncer de colon a nivel nacional. Tenemos menos de ovario, pocos de próstata y por supuesto ninguno de pulmón”, sostuvo la entrevistada.
Sumando otros tipos de cáncer no mencionados anteriormente, entre ellos de tiroides, estómago, hígado, vesícula, leucemias y otros, son cientos los pacientes a la deriva, por lo cual la entrevistada enfatizó, se deben buscar apoyos alternos y dirigir los esfuerzos a difundir los síntomas de estos tumores que por menos comunes, la gente desconoce y empujar la detección temprana.
“Y después empezar a ver junto con las autoridades de salud la posibilidad de que estos tipos de cánceres, a través de un fondo blindado, puedan tener una atención segura y equitativa”, sostuvo.
Por otra parte, la entrevistada refirió que uno de los pasos más importantes lo constituye el compromiso del Instituto Nacional del Cáncer (InCan) por crear el Registro Nacional del Cáncer con base poblacional y tener ya el compromiso de algunas ciudades en participar (Guadalajara firmará el convenio en un par de meses). “Eso nos va a ayudar muchísimo para generar estadísticas y saber hacia dónde dirigirnos”.
Galindo, quien desde hace veinte años dirige la Asociación Mexicana de Lucha contra el Cáncer, comentó que también hay avances en el Programa Integral para la Prevención y Control de esta enfermedad.
“Este programa ya está en blanco y negro, elaborado por el InCan, pero nos hacen falta recursos para implementarlo. Este plan está manejando los cinco tipos de cáncer que más afectan a la población mexicana”.
Finalmente, Mayra Galindo reiteró la necesidad de campañas de detección temprana pues justo así se reducen los costos para las instituciones y para las familias, y se multiplican las posibilidades de salir delante de tan temida enfermedad que es el cáncer.