Además de lidiar con enfermedades renales, los habitantes de San Pedro Itzican y Agua Caliente, dos localidades ubicadas en el municipio de Poncitlán en la región Ciénega del estado de Jalisco, deben enfrentarse a la mala calidad de vida, producto de la falta de oportunidades que hay en esta zona de la rivera de Chapala.
De acuerdo con Felipe Lozano Kasten, investigador adscrito al departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad de Guadalajara, en promedio las familias que habitan en esos lugares no gastan más de 500 pesos mensuales por concepto de alimento caracterizado en gran parte por consumo de frijoles, tortillas y tostadas.
Lozano Kasten ha estado en investigación permanente en estas dos localidades desde hace más de cinco años, al inicio de éstas se tomó como muestra a 300 niños de preescolar en donde detectaron que al menos el 24 por ciento de los menores tenían algún tipo de problema para retener las proteínas en su cuerpo, por lo que se evidenció un alto grado de desnutrición en los pequeños.
"Nos dimos cuenta de que había algo que evitaba que los niños crecieran y se desarrollarán igual y que encontramos un muy buen número de niños con desnutrición, luego empezamos a mirar que los niños no estaban aprendiendo igual que en otros lados y que a los niños se les olvidan las cosas en menos de tres días y que no pueden repetir cosas o no pueden distinguir los colores", platicó el investigador frente a lugareños de San Pedro de Itzicán.
Una vez que detectaron todos estos hallazgos, los investigadores se centraron en buscar la razón el motivo de que los niños y personas de estos lugares tuvieran afectaciones no sólo en los riñones sino también en el cerebro y en sus niveles de atención. Fue así que toparon con datos como que el 95 por ciento de la población cocina con leña dentro de su casa, y al no haber ventilación o una ruta de escape dentro de la vivienda se incrementa los niveles de plomo que son inhalados por la gente que vive en estas casas.
Lo que sí dejó claro Felipe Lozano es que hasta el momento no hay evidencia de que el consumo y el uso del agua sea el responsable de los más de 100 casos de personas con enfermedades renales que se han dado en estas localidades por lo que la investigación continuará con el análisis del aire, de la comida y hasta del suelo que pisan.
Sin embargo entre los habitantes las opiniones están divididas, algunos aseguran que es el agua el que está afectando directamente a la salud de las personas, de hecho Enrique Lira Coronado, ambientalista activo de la zona mostró algunas investigaciones que arrojan que en el agua hay elementos como Manganeso, Sulfuros, Fluoruros, Fenoles, Nitrógeno Amoniacal, PH, Coliformes Fecales y Coliformes Totales. Mientras que otras voces de la localidad piden a las autoridades que se centren en el tema de la desnutrición, pues aseguran que todo se debe a que poca atención se le pone a la alimentación de los niños.
En tanto el debate siga en torno a buscar las causas de los males que aquejan a estas dos localidades del Poncitlán, el gobierno del estado ya apareció para llevar hasta allá, a poblados que están escondidos detrás de los cerros, programas sociales como piso firme, y se realizará la entrega de 500 estufas ecológicas para evitar que las personas cocinen con leña, el secretario de Salud, Antonio Cruces Mada quien estuvo acompañado del secretario de Desarrollo e Integración Social (Sedis), Miguel Castro Reynoso, aseguró que las mejoras se notarán en un plazo no mayor a seis meses.