La Milarca se construiría en una zona de riesgo, advierten

Guillermo Martínez Berlanga dijo que el entonces alcalde Gerardo Garza Sada declaró al Rufino Tamayo como área protegida.

Victoria Félix
Monterrey /

Debido a que a unos cuantos metros de donde se pretende construir el museo La Milarca en el parque Rufino Tamayo cruza el arroyo San Agustín, el ambientalista Guillermo Berlanga alertó sobre el peligro que se generaría en caso de lluvias torrenciales.

Además, Berlanga recordó que el parque fue declarado como un área natural protegida por decreto del ex alcalde Gerardo Garza Sada en el 2002, por lo que, dijo, es intocable.

“Gerardo Garza Sada, siendo alcalde, blindó el parque. Ese parque batallamos mucho para sacarlo, de hecho, les quemamos las máquinas aquí a los constructores porque todos se querían robar el parque.

“Lo que están haciendo ahí ahorita están en una lucha tremenda con la CNA para que les otorgue el permiso, pero las inundaciones no se van a acabar por decretos ni por capricho del alcalde”, afirmó.

El también director del Comité Ecológico Pro Bienestar señaló que el arroyo representa un peligro con la llegada de lluvias torrenciales y huracanes.

Recordó que el huracán Alex en el 2010 derribó algunas bardas de las casas, al igual que coches, electrodomésticos y demás objetos pesados que la corriente arrastró, por lo que la construcción del museo sería de alto riesgo.

“Para hacer tú este edificio necesitas compactar al 99 por ciento, que quede como concreto, compactas al 99 por ciento, no al 93, ni al 92, es al 99.9, para que no le permee el agua, entonces va a quedar como una represa, ni siquiera es permeable.

“Este arroyo baja a 60, 70 kilómetros por hora, bueno, eso ya sería suficiente (para no hacer el proyecto), si le agregas que fue decretado como una zona protegida por su valor ambiental, por su valor de amortiguamiento del arroyo”, mencionó.

Expuso que realizar este proyecto sería colocar una “bomba de tiempo” y advirtió que nadie se va a querer hacer responsable en caso de que se inunde. Además cuestionó el valor museografico de la colección de arte personal del alcalde Mauricio Fernández.

“Independientemente de destruir áreas verdes o de comerte áreas verdes para hacer un museo, es un capricho del alcalde –porque ni siquiera sabemos si dentro de sus chivas viejas que tiene ahí tienen valor museográfico– (...)lo que le van a quitar al parque, lo que le van a quitar al estacionamiento, el factor de compactación de los visitantes, pues van a desmadrar lo poquito que quedó del parque”, señaló.

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