Hay delitos espectaculares que llaman la atención de escritores, pero al momento de trabajar en un libro lo más importante es la literatura.
Si hay alguien que conoce del bajo mundo y lo ha convertido en literatura es el escritor sinaloense Élmer Mendoza. Gracias al detective Zurdo Mendieta, ha narrado cómo el narcotráfico ha ido tomando protagonismo en la vida literaria del país.
“El universo del crimen es muy impactante, aunque uno trabaja un delito más o menos fijo siempre nos estamos enterando de nuevos delitos, que tienden a modificar la visión de lo que uno está escribiendo”, refiere Mendoza invitado al Encuentro Internacional de Escritores.
Considerado uno de los mejores narradores de novela negra - o policiaca- en México, el autor de El amante de Janis Joplin menciona que la memoria literaria es de mayor importancia para un escritor.
Esto porque es a través de la lectura y las herramientas literarias, el autor va explorando “nuevas maneras de contar una historia”, la mayor tentación que debe perseguir un autor.
“El hecho literario en sí es lo que más cuenta, porque un autor puede elegir un delito de cualquier época y trabajarlo. Lo que no se puede permitir es trabajarlo con técnicas antiguas”, propone el autor.
La sonrisa de la “Barbie”
Aunque los hechos delictivos son condenables, algunos de ellos son materia de investigación para géneros como el ensayo o la novela negra.
Las secciones de los periódicos llamadas policiacas o de nota roja pueden ser un nicho para encontrar historias dignas de ser recreadas en la literatura, aunque no todos los autores de la novela negra lo consideran así.
“La nota roja juega un papel importante dentro de la novela policiaca, pero lo más importante sigue siendo las otras novelas, los escritores mismos”, afirma Élmer Mendoza.
Para un autor que ha narrado los bajos mundos de Culiacán podría resultar difícil ser impresionado, sin embargo, relata cómo un gesto ha provocado toda suerte de misterio entre los colegas escritores.
Se refiere a la enigmática sonrisa en el rostro del capo apodado La Barbie, cuya detención en agosto del 2010, ha provocado toda una serie de debates entre la comunidad literaria.
“La sonrisa de La Barbie es ya un mito de la literatura pero es algo que ocurrió y que todos lo vimos en televisión.
“Y al menos los autores de novela negra nos preguntamos ‘¿de qué se ríe?”, expone Élmer Mendoza.