Sacan cuerpos a ‘escondidas’, acusan familiares

En Álvaro Obregón 286 comienza a prevalecer la desorganización de los brigadistas y el descontrol en el acopio.

Cientos de personas han llegado a ayudar en la remoción de escombros.
Jannet López
México /

Han pasado más de 72 horas desde la última vez en que los familiares de las personas atrapadas en Álvaro Obregón pudieron sonreír. Desde que recibieron la última buena noticia al ver a tres personas salir de entre los escombros. Por el contrario, ayer sumaron dos muertos más.

Cuando parecía que desde la noche del miércoles aquí no pasaba nada, el último reporte (ayer) que las autoridades dieron a los familiares fue el deceso de Jorge Higuera e Iván Sandoval. Con los que suman tres muertos y 28 rescatados con vida.

Los cuerpos de estos jóvenes salieron por la parte trasera del edificio. El mismo lugar por el que salió Emmanuel Navarro dos días antes de informárselo a sus familiares. Un lugar que las autoridades nunca informaron que existía.

Los familiares de las víctimas se enteraron ayer de que los cuerpos de los fallecidos están saliendo por un punto distinto al que todos los ahí presentes estaban enfocados.

Las labores de rescate de Álvaro Obregón 286 se ha caracterizado por la desorganización, la falta de una autoridad al mando que brinde información oficial, como en el resto de las zonas de desastre, y en las últimas horas, el descontrol en la zona de acopio y apoyo que ha sido tomado por voluntarios que se autonombran coordinadores.

Pero el equipo de rescate no se da por vencido. A las 4 de la mañana entró una grúa que removió la losa del techo del edificio que incluía el equipo de aire acondicionado que generaba peso en la zona.

El nivel de escombro disminuyó y eso dio esperanzas a las familias de que los rescatistas estén más cerca de sus parientes.

El apoyo de los voluntarios y las manos que se suman para apoyar tampoco han faltado.

Sin ser convocados, cientos de personas han llegado a apoyar en las labores de rescate, son los héroes que, sin poderes más que sus manos y ganas de ayudar, han colaborado para encontrar personas debajo de los escombros y dar aliento a los familiares que han pasado las peores horas de sus vidas.

Miguel, de 19 años, fue del primer grupo de voluntarios al que se les permitió el acceso. Estuvo arriba, con el equipo de rescate israelí, español, estadunidense, panameño, japonés y mexicano. Lo que vio lo dejó marcado.

Fernando, de 55 años, dice que nunca olvidará la imagen del día en que vio salir el cuerpo de una mujer que perdió la vida, llegó a este punto para apoyar en labores de herrería. Víctor, de 20 años, compartió que nunca olvidará el rostro de esos jóvenes que perdieron todo.

“No sé ni cómo explicarlo. Empezamos los primeros días ayudando en Xochimilco, pasando los escombros, los ladrillos de las casas de esos chavos de nuestra edad que perdieron lo poco que tenían”, contó.

En Álvaro Obregón también se instaló un espacio de atención psicológica para los familiares. En dónde se invita, a cuanto pasa por ahí, a escribir mensajes de apoyo para que puedan saberse acompañados:

“No sé cómo te llamas, pero te quiero y deseo que todo esté pronto mejor para ti. No estás solo”, “Te admiramos guerrero, a ti, a todos los que luchan allá adentro”.

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