Hasta antes de las 21 horas de ayer se decía que bajo los escombros del edificio ubicado en la calle Simón Bolívar, esquina con Chimalpopoca, solo faltaban cinco cuerpos por rescatar. También se decía que en este edificio de cuatro pisos había solo cuatro empresas; sin embargo, luego de una conferencia de prensa con Miguel Ángel Vásquez, subsecretario de Administración y Capital Humano de la Ciudad de México, la certeza se esfumó y las cifras oficiales se derrumbaron.
Ya habían pasado más de 55 horas cuando otros dos cuerpos se sumaban a los 19 que habían extraído desde que comenzaron las labores de rescate en esta zona. Con estos últimos sumaban 21 muertos y dos sobrevivientes.
En esta última conferencia se detalló que no se contaba con los datos exactos de las empresas que operaban dentro de este edificio, pero sí dijeron que ya había contacto con los empresarios.
Hasta el corte de esta edición no había una lista de personal de ninguna de las entidades, lo único que mencionaron fue que la mayoría eran extraeros, principalmente de origen taiwanés.
Los nombres de algunas de las marcas afirmaron son Asia Jenny Importaciones, Dashcam Systrem México, Línea Moda Joven y Jugueterías Bicentenario.
Explicaron que solo cinco familias se encontraban en los alrededores esperando a que salieron los cuerpos de sus parientes, pues luego de más de 55 horas no había más personas en esperando noticias de todos los que podrían seguir bajo las lozas de este edifico que se derrumbo durante el sismo de magnitud de 7.1.
Mientras surgían más preguntas, el subsecretario pedía terminar la conferencia, afirma, había una labor de rescate que continuar.
Afuera cientos de personas seguían quitando una a una las piedras, pues los rescatistas aseguran en el lugar aún “hay indicios de vida”.
La esperanza muere al último dice uno, mientras recuerda que el estaba afuera cuando vio como en cuestión de segundos el edificio se colapsó dejando enterrados no a uno, ni a 10, sino a más de 20 personas.
Una grúa, palas, pico y caretillas eran las herramientas y la maquinaria con que de forma casi quirúrgica retiraban los muros y las rocas de esto que hasta la noche de este jueves se decía era solo una fábrica textil.
Las cadenas humanas en el lugar se convirtieron en una de las formas en que los voluntarios y personal de protección civil, así como de marina y Sedena sacaban cada una de las piedras y varillas.
Al frente de lo que fue un edificio de cuatro pisos un grupo de al menos cinco personas con rasgos asiáticos hacían una oración, no se les entiende, pero por la posición de sus manos y sus ojos cerrados es evidente que hacen plegarias. Ninguno habla español, no hay forma de saber cuántos de sus compatriotas se quedaron dentro, el preguntarles es inútil, nadie habla su lengua.
Las calles y los salones de la escuela que se encuentra a una lado de este montón de cascajo, están llenos de rollos de tela que han sacado los rescatistas de la fábrica de textiles. También hay alguna que otra patrulla de juguetes y equipo de oficina. Ya se han encontrado dos computadoras y un celular, pero ninguna autoridad dijo a quién podrían pertenecer.
El heroico cuerpo de bomberos pide a quien haya estado dentro del edificio y pudo salir con vida se acerque a ellos para conformar una lista de todos los que podrían haber estado ahí, pero hasta el cierre de esta edición nadie más que los asiáticos se había acercado.
Mientras tanto, hombres y mujeres de todas las edades esperan en las calles Simón Bolívar y Chimalpopoca para poder relevar a los voluntarios cansados, a los que luego de 50 horas de trabajo, continúan quitando escombros para poder encontrar a más personas.
Alexander Galicia es uno de ellos. No ha dormido en las últimas 24 horas, pero asegura no ha llegado a su casa porque “no podría dormir sabiendo que quizá hay más de diez personas bajo las lozas de este edificio en que en un principio nos dijeron solo había cinco personas y en el que ya han encontrado más de 20”.