Así como la depresión nos genera una necesidad de ingerir más alimento, al momento de hacer corajes por peleas, nuestro cuerpo también nos pide más.
Especialistas en nutrición han relacionado la sensación de enojo con nuestro organismo, pues señalan que libera adrenalina y cortisol, sustancias que nos inflaman por la sobrecarga en las células que no pueden liberar su energía.
TE RECOMENDAMOS: Residuos de café podrían ayudarte a adelgazar
Además, las peleas provocan un aumento en la insulina que viaja por la sangre, generando la sensación de hambre y haciendo que consumas más alimentos de los debidos y la grasa se acumule.
Por lo que la próxima vez que alguien te quiera hacer enojar, recuerda que quien sale perdiendo serás tú.
CR