México está entre los primeros lugares de América Latina en cuanto a realizar cesáreas innecesarias. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que solo entre 10 y 15 por ciento de los nacimientos en cada país sea mediante esa cirugía, pero en el país esa cifra al menos se triplica. Esa y otras prácticas de violencia obstétrica —como la inducción del parto sin que sea una decisión informada de la paciente— representan una violación a los derechos humanos.
Fernando Jiménez Montes de Oca, ginecobstetra y director médico del Centro Materno Infantil El Nido, explicó que “por más de nueve años, apoyados por la asociación civil Parto Libre y la doctora Yolanda Victoria, quien pertenece al comité de nuestra organización, logramos un trabajo para el desarrollo e implementación de programas de acompañamiento en hospitales públicos y privados con la idea de que no se violen los derechos humanos de la mujer y ésta pueda decidir bajo qué circunstancias y dónde desea dar a luz”.
El Nido es un lugar que ofrece servicios de salud que una mujer puede necesitar durante su proceso de gestación con la idea de ayudarles a encontrar las mejores condiciones. “Durante este periodo brindamos acompañamiento tanto para la futura madre como para el padre, servicios que van desde consulta prenatal, yoga o ejercicios de respiración, hasta el seguimiento médico y acompañamiento al nacimiento”, detalló Jiménez.
El esquema de El Nido está fincado en el acompañamiento que se requiere durante la gestación y el parto, ya sea en casa o en alguna institución hospitalaria. Una beneficiaria de la organización destacó que “haber dado a luz bajo ese esquema de acompañamiento, de forma vaginal, sin presiones y acompañada de mi esposo ha sido de las mejores experiencias en mi vida, me ha motivado a crecer como persona, no ha vulnerado mis derechos humanos y nos ha dado la oportunidad de conocer mi cuerpo y reconocer las necesidades que pueda tener durante la gestación, bajo la perfecta supervisión médica”.
El ginecosbtetra subrayó que “hoy se cuenta en México con las herramientas para evitar cesáreas que no tengan justificación médica; lamentablemente, dentro del sector privado hay centros hospitalarios que no tienen infraestructura para un parto natural y en el sector público las dos instituciones más importantes no cumplen con la recomendación de la Organización Mundial de la Salud de solo utilizar cesárea cuando se justifique y hasta en 15 por ciento de los casos, rebasando la proporción hasta 45 por ciento debido a la saturación de servicios, la falsa creencia de que la cirugía es menos riesgosa y la pobre capacitación del personal médico”.
EMPRESA AYUDA CON CAPACITACIÓN
Ante la falta de capacitación de personal médico y como parte de sus programas de Responsabilidad Social, Johnson & Johnson empodera con educación a parteras, enfermeras y personal de salud para evitar muertes maternas, explicó Paola Martínez Chinas, directora de Responsabilidad Social Corporativa de esa empresa, que desde 2016 ha implementado una serie de programas específicos enfocados a reforzar el derecho a la salud.
“Nuestro proyecto para la reducción de mortalidad materna a través del desarrollo de capacidades para los trabajadores de salud (Unfpa, por su sigla en inglés) busca empoderar con conocimiento a los prestadores de salud, parteras, médicos de primer contacto y enfermeras obstetras, con la intención de que las mujeres que acuden a los centros de salud de comunidades alejadas tengan un trato digno y eficiente por parte del personal de atención y que en los sitios más vulnerables se tengan recursos para la oportuna detección de alguna emergencia obstétrica y canalizar a la paciente al nivel de atención adecuado, a fin de que el momento del parto sea de excelencia”, expresó Martínez.
Este proyecto se ejecuta en alianza con el Fondo de Población de las Naciones Unidas, donde se enfoca el trabajo en diversos centros de estudio como la Escuela de partería en el Istmo de Tehuantepec, la Facultad de Enfermería y Obstetricia de la UNAM o la escuela de la Cruz Roja Mexicana.
“Básicamente lo que pretendemos es elevar los estándares nacionales con la International Meet Guaifery Confederation (Confederación Internacional de Partería) a través de consultoría con la experiencia de un especialista nacional y uno internacional, para poder así otorgar capacitación y elevar el estándar académico del personal docente” agregó.
“A través de la donación de modelos anatómicos a esta comunidades, contribuimos a mejorar la práctica clínica para alcanzar una mayor y mejor precisión en los conocimientos académicos. Asimismo, ayudamos a mejorar la comunicación entre los prestadores de los servicios médicos y como ejemplo de ello tenemos las acciones realizadas en un Hospital Público en Chiapas, con el apoyo de antropólogos sociales para analizar a las mamás y la pobre conexión durante el proceso de gestación así como de alumbramiento, de tal suerte que con esta visualización logramos conectar a la madre con su embarazo”, detalló.
Con este proyecto es que Johnson & Johnson ha logrado impactar a más de 900 prestadores de servicios de salud y cada uno de ellos puede llegar a lo largo de un año a atender alrededor de 100 mujeres.
En sus otros ejes de acción, la empresa impulsa acciones que también ayudan a garantizar el derecho a la salud. Entre esos programas destaca uno en Chiapas que implementaron con la organización Compañeros en Salud, la cual brinda capacitación a médicos residentes locales para la detección oportuna de enfermedades, y otro de humanización con el Dr. Payaso, con el cual capacitan a cerca de 400 médicos residentes del IMSS de las unidades médicas de alta especialidad de Ciudad de México “para que el estrés cotidiano no los rebase”, concluyó Martínez.