El virus del zika puede causar que los bebés nazcan con daño cerebral severo; sin embargo, un equipo de investigadores estadunidenses encontró que su poder destructivo también puede aprovecharse para combatir un tipo de cáncer cerebral en adultos.
Estudios preliminares han demostrado que el virus, transmitido por el mosquito Aedes aegypti, puede destruir las células responsables del glioblastoma, la forma más común de cáncer cerebral.
El glioblastoma afecta a 12 mil personas al año en EU y su tratamiento estándar consiste en quimioterapia y radioterapia, pero la mayoría de los pacientes muere después de dos años de ser diagnosticada con el mal.
“Resulta sumamente frustrante tratar a un paciente de una forma tan agresiva de cáncer para ver que su tumor reaparece al cabo de unos pocos meses”, dijo Milan Chheda de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis, coautor de la investigación publicada en la revista The Journal of Experimental Medicine.
“Así que nos preguntamos si la naturaleza podía ofrecernos un arma para actuar sobre las células responsables de esta recurrencia”, destacó.
La clave del éxito
El secreto del aparente éxito del zika, según los últimos experimentos, es que el virus apunta específicamente a las células madre del cáncer cerebral que tienden a sobrevivir a la quimioterapia y propagarse.
Cuando una mujer embarazada es infectada con zika se enfrenta a un mayor riesgo de tener un bebé con una cabeza inusualmente pequeña porque el virus destruye estas mismas células, lo que da lugar a la condición irreversible conocida como microcefalia.
El zika suele atacar las progenitoras neuronales (células madre), que son comunes en los fetos, pero raras en los adultos.
“Mostramos que el virus del zika puede matar el tipo de células del glioblastoma que tienden a ser resistentes a los tratamientos actuales y llevar a la muerte”, dijo el también coautor del estudio Michael Diamond, profesor en la Facultad de Medicina de la misma universidad.
El experimento
Los investigadores inocularon el virus y un placebo de agua salada en 33 ratones —implantados con glioblastomas— con tumor cerebral, según se señala en el informe.
Dos semanas más tarde “los tumores eran significativamente más pequeños en los roedores tratados con zika”, explicó Diamond, al mismo tiempo destacó que además éstos sobrevivieron “más tiempo que los que recibieron agua salada”.
Se aclaró que se necesita realizar más investigaciones para que el tratamiento se pueda probar con seguridad en humanos.
Estudios adicionales sobre los efectos del zika en el tejido cerebral de pacientes con epilepsia mostraron que el virus no infectó células cerebrales no cancerosas.
“Vemos que el zika puede ser usado un día en combinación con terapias actuales para erradicar todo el tumor”, afirmó Chheda.
El virus —que llegó a Sudamérica desde Polinesia hace alrededor de cuatro años— es más peligroso en mujeres embarazadas, ya que puede causar a sus bebés microcefalia (cabezas anormalmente pequeñas) y problemas neurológicos, incluso aumenta la tasa de abortos involuntarios.
A diferencia de la mayoría de virus, el zika pasa de la sangre al cerebro donde infecta y mata a las células madre, lo que tiene graves efectos sobre el desarrollo cerebral, pero es justo esa capacidad la que resulta útil para combatir los mortales cánceres cerebrales, la mayoría causados por mutación de esas células.
Por otro lado, Jeremy Rich, de la Universidad de California y su equipo probaron el virus zika en glioblastoma —el tipo más común de cáncer cerebral y uno de los más difíciles de tratar—, incluso después de la cirugía, y otras terapias, ya que este mal por lo general causa la muerte en uno o dos años tras el diagnóstico.
Los científicos descubrieron que al exponer muestras de un glioblastoma humano (tumor de crecimiento rápido) en un plato con un cultivo de virus zika, éste destruyó las células madre del cáncer, las cuales suelen matar a una persona ya que pueden volverse resistentes a todos los tratamientos disponibles.
El equipo también probó el virus en células cerebrales ordinarias de adultos sin cáncer y encontraron que no infectó este tejido, lo que puede explicar por qué el zika raramente causa problemas en personas adultas.