Belly dance: una terapia alternativa contra el cáncer

Descubre cómo la tradicional 'danza del vientre', con su ritmo y sencillez, se ha convertido en una terapia recreativa para aliviar a pacientes con cáncer.

El 'belly dance' ayuda a las mujeres a establecer una mejor relación con su cuerpo.
Marcela Guevara
Ciudad de México /

El cáncer es devastador, no solo a nivel físico sino emocional. Pero existe una terapia que combina la recuperación emocional y las actividades que los pacientes aman realizar: se llaman terapias recreativas y es probable que escucharás más de ellas en los próximos años, pues cada vez hay más profesionales dedicados a enseñarlas, según el Bureau of Labor Statistics de los Estados Unidos.

Esta nueva opción reduce la ansiedad o depresión y en el caso del belly dance, está comprobado que cambió la vida de una sobreviviente del cáncer.

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Jennifer LaFleur fue diagnosticada con cáncer de mama en el 2011. Después de seis rondas de quimioterapia, una tumorectomía, una segunda cirugía y seis semanas de radiación logró que la enfermedad entrara en remisión, pero ésta volvió en el 2014.

La nueva batalla la sometió a una mastectomía y después de una última cirugía quedó libre de cáncer, pero los tratamientos invasivos le generaron un trauma que la convenció de que jamás volvería a ser la misma persona.

“Me di cuenta de que la recuperación sería un proceso complicado”, dijo LaFleur en una entrevista con The Atlantic. “Tienes dificultades para confiar en tu sistema inmunológico. Es muy alienante, y puede ser frustrante no tener la resistencia que has tenido toda tu vida”.

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Con esto en mente comenzó a tomar clases de belly dance, pues se convenció de que este baile mejora la relación con el propio cuerpo y es fácil de practicar, a pesar de los estragos de la enfermedad. Además comenzó un proyecto que nombró My Body Raqs, haciendo referencia al estilo egipcio clásico de la danza del vientre, en el que ofrece clases gratuitas.

Todavía no se determina una fórmula perfecta para ayudar a los pacientes a sanar por completo, ya que cada uno es único y los tratamientos varían, menciona la oncóloga Christina Brenin de la Universidad de Virginia.

Como sea, para Jennifer y a sus alumnos, la danza del vientre es una práctica sencilla, que no duele y ayuda a mejorar en sus aspectos personales y emocionales.



FM

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