Los domingos son para despertar tarde y tener un brunch. Si eres nueva en este universo, bienvenida al vicio del último día de la semana.
El brunch tiene su origen en Gran Bretaña, y la palabra deriva de la unión de breakfast y lunch. Esta tendencia ha sido adoptada por diferentes países, por lo que tendrás opciones variadas con un toque único. Como todo suena -y sabe mejor- en francés, aquí encontrarás ideas para crear un brunch inspirado en Francia.
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Bebidas
El café no puede faltar, ya sea americano, espresso, latte o cappuccino. Si no eres cafetera, puedes optar por un buen té. Tampoco puedes olvidar el jugo de naranja (natural si es posible) o una mimosa (algún vino espumoso, jugo de naranja natural y un poco de azúcar). Puedes acompañarlo también con agua fresca de sabores o, si eres atrevida, incluso una bebida como champán o vino suave.
Comidas
Una de las mejores cosas del brunch es que todo se permite, hasta el exceso calórico. La mezcla de dulces y salados puede ser todo un placer. Puedes hacer unas tostadas francesas y acompañarlas con fresas, huevos o un omelette (añade queso de cabra y cebolla caramelizada).
Si de verdad quieres que tus invitados exclamen oh la lá, puedes sorprenderlos con unas crepas. Son un platillo perfecto porque combina con dulce o con salado. Si te animas, puedes servir en platillos con ingredientes diversos sabores para que cada uno de sus invitados cree su propia crepa.
Los platos pueden ser tan complicados como quieras: una quiche lorraine o quizás un croque monsieur.
Si te desenvuelves bien en la cocina y cuentas con una fondue, puedes fundir algunos quesos suaves y acompañarlos con pan o carnes. Si no, también puedes presentar una tabla de quesos y combinarlos con frutos secos, mermeladas de sabores y panes de diferentes texturas.
Ahora sí, estás lista para que este domingo puedas decir bon appetit.
mrf