Para Ari, su mayor reto fue romper los paradigmas, estigmas y miedos a las personas diferentes, ya sea por su orientación sexual o identidad de género, sobre todo, las que se encuentran en los reclusorios.
A través de Almas Cautivas, busca que las personas en situaciones vulnerables como homosexuales, lesbianas, transexuales, indígenas, adultos mayores y personas con discapacidad, tengan una estadía digna dentro de un reclusorio.
Con talleres y acciones busca una exitosa reinserción social cuando recuperan su libertad. Gracias a su trabajo a favor de la reducción de la violencia contra las mujeres trans, obtuvo un premio honorífico por la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México “Hermanas Mirabal 2015”.
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