Esta chef mexicana, estudió Letras Inglesas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Cuando terminó la carrera, se mudó a Nueva York, donde ingresó al French Culinary Institute de Manhattan. Después viajó a Londres, en donde trabajó a lado del chef Giorgio Locatelli del restaurante Locanda Locatelli. En 2010 fundó el Rosetta, en la colonia Roma, en la Ciudad de México, y el año pasado abrió Lardo, un concepto de cocina de barra muy popular en la Condesa.
En 2014, gracias a su amor y dedicación a la cocina, recibió el premio Veuve Clicquot como mejor Chef Femenina de América Latina, mientras que Rosetta debutó en la lista de los 50 Mejores Restaurantes de América Latina, en donde ocupó la posición número 33.
Tu interés por la cocina...
Me ha interesado desde siempre. En casa, desde la infancia, con las cenas que mi madre solía organizar; con la comida de mi abuela; con mi padre, que era amante de la cocina y siempre nos motivó a probar cosas nuevas, diferentes.
Cuando abriste Rosetta, ¿imaginaste tanto éxito?
No. De hecho, al principio lo único que me interesaba era poder vivir de lo que me apasionaba y sabía hacer, que era la cocina. No pensé en el resultado a futuro.
¿Por qué comida italiana?
Trabajé muchos años con italianos, y cuando llegué a México tenía una clara influencia de esta cocina, que me encanta. Sin embargo, Rosetta no es un restaurante italiano; aunque empleo algunas de sus técnicas en mi cocina, trabajo con la amplísima variedad de productos que ofrece el país, y a partir de ellos hago mi propuesta gastronómica.
¿Quién te inspiró?
Me inspira la cocina misma, los productos, los mercados, los proveedores, las cocineras.
¿A quiénes admiras?
A todos los hombres y mujeres que luchan por sus sueños y trabajan para cumplirlos.
¿Qué es lo que más disfrutas de tu trabajo?
Explorar combinaciones de sabores; compartir mis propuestas con los clientes y con mi equipo, aprender de la gente con la que trabajo, estar en contacto con los proveedores. Disfruto mucho cuando aterrizamos una idea y no se queda en el aire.
¿Qué sentiste con el premio Veuve Clicquot como Mejor Chef Femenina de América Latina 2014?
Fue motivador, y resultó un motor para mí y para todo el equipo, para continuar y darnos fuerza. Un reconocimiento al esfuerzo del equipo.
Ahora con Lardo, ¿qué propones?
Se trata de una propuesta más relajada, en la que pudimos comprobar que la gente disfruta estos ambientes que propician la convivencia.
¿Si no tuvieras tus restaurantes, en dónde te gustaría trabajar?
En el mundo de las antigüedades, en decoración de interiores o en un huerto.
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