Subastan el diamante más caro del mundo en 48 mdd

Su propietario, el millonario hongkonés Joseph Lau, lo nombró la "Luna Azul de Josephine" en honor a su hija de 7 años. 

El diamante se convirtió en el más caro de la historia.
Editorial Milenio
Ciudad de México /

Un magnate del sector inmobiliario hongkonés fue identificado hoy como el comprador del diamante más caro del mundo, que fue subastado en la noche del martes en Suiza por 48.4 millones de dólares (poco más de 800 millones de pesos)

Según la casa de subastas Sotheby's, encargada de la venta, el diamante estableció un nuevo récord mundial de cualquier joya hasta ahora puesta a la venta en una subasta, al superar los 46.2 millones de dólares que un comprador pagó también en Ginebra en 2010 por un diamante rosa.

El adquirido esta semana es un diamante azul de 12.03 quilates llamado "Luna Azul" y engarzado en un anillo, cuyo desembolso también batió el récord del precio pagado por quilate, superando los 4 millones de dólares.

La venta se produjo un día después de que el mismo comprador adquiriese por 28.5 millones de dólares un diamante rosa de 16.08 quilates, al que le puso por nombre "Sweet Josephine".

Según la prensa local hongkonesa, el flamante comprador es el multimillonario empresario Joseph Lau, quien nada más adquirir el diamante pasó a llamarlo "Luna Azul de Josephine", en honor a su hija de 7 años.

Lau es un reconocido coleccionista de arte y vino que también posee una de las famosos retratos multicolores de Mao Zedong por Andy Warhol, un cuadro que compró por 17.4 millones de dólares, así como el célebre cuadro Te Poipoi (El Mañana), de Paul Gauguin, por el que pagó 39.2 millones de dólares.

Lau construyó su fortuna a partir de las inversiones bursátiles y las compras de empresas en la década de los ochenta.

El magnate hongkonés aparece en la revista Forbes como el sexto hombre más rico de Hong Kong y el 114 más adinerado a nivel mundial, con activos por un valor estimado de 9,800 millones, según datos de la publicación.

Sobre Lau pesa una condena por estafa tras haber sido declarado culpable en marzo del año pasado por su participación en un escándalo de sobornos en la ciudad de Macao.

Recibió por ello una pena de cárcel de cinco años que no llegó a cumplir debido a que no existe un tratado de extradición entre el antiguo enclave portugués y Hong Kong.

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