Santuarios pueden atraer turismo todo el año

Ludger Brenner, académico de la UAM Iztapalapa señaló que los ejidatarios pueden explotar la observación de aves y el senderismo todo el año para aumentar sus ingresos.

Ludger Brenner, académico de la UAM Iztapalapa, consideró que los bosques pueden ser visitados todo el año.
Ciudad de México /

Para detonar el desarrollo de las poblaciones aledañas a los santuarios de la mariposa Monarca, es necesario impulsar el turismo en la zona a nivel regional durante todo el año, y no con esfuerzos aislados de los ejidos y comunidades que aún mantienen un alto grado de marginación, señaló Ludger Brenner, profesor-investigador del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana.

“Hay que pensar más es grande, ver a toda la región como un producto, como un solo destino turístico; pensar más en mercadeo y verlo como un producto único, porque en ningún lado del mundo hay tantas concentraciones de mariposa Monarca. Tenemos algo que no hay en otro lado del mundo y eso se podría vender más caro en beneficio de las comunidades”, señaló el académico de la licenciatura en Geografía Humana de la UAM Iztapalapa.

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Entrevistado al realizar un recorrido de campo con sus estudiantes en el santuario Sierra Chincua del ejido Cerro Prieto, el experto resaltó que las comunidades asentadas en la zona de influencia de la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca, mantienen índices de ingreso y educación muy abajo del promedio, por lo que el ecoturismo, considerado uno de los instrumentos para generar ingresos para las poblaciones locales y elevar su nivel de vida no está siendo bien explotado debido a la temporalidad. Por ello, se deben buscar otras fuentes de ingreso y crear una marca o un sello para la región a través de la cual se oferten diversos productos como miel o artesanías y servicios ecoturísticos todo el año. [OBJECT]

“Depende todo de la estancia de la mariposa Monarca, son tres meses al año, tenemos una temporada muy corta y el problema es obviamente la poca estadía de los visitantes aquí. En este ejido hicimos un estudio, se quedan en promedio dos horas, dos horas y media con gastos muy bajos porque no tienen tiempo para gastar; entonces hay que hacer una oferta más extensa con más posibilidades de gasto, y sobretodo aumentar la estadía, hacer que se queden por lo menos una noche, si un turista se queda una noche, se multiplica por tres ese gasto”, agregó.

Observación de aves, potencial

El doctor Ludger Brenner destacó que los bosques de oyamel que dan refugio a la mariposa Monarca en el invierno, pueden ser un gran atractivo turístico durante todo el año, si se desarrollan actividades como la observación de aves, caminatas en senderos o eventos culturales, más allá de solo instalar una tirolesa en el parador turístico.

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“Se podrían desarrollar ofertas más allá del tiempo de hibernación, la observación de aves, caminatas, diferentes ofertas culturales en la zona. Eso sería un reto muy grande, desarrollar un concepto más regional, posicionar la región como marca, como producto turístico a nivel regional la Reserva de la Mariposa Monarca en sí, y no cada uno de los ejidos o comunidades aislados, porque eso es más difícil”.

De acuerdo con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, desde el punto de vista ornitológico, en Sierra Chincua se tienen registradas 72 especies de aves que representan el 55 por ciento de las 132 reportadas en toda la reserva, y el 15 por ciento de las 492 especies registradas para Michoacán.

De esas 72 especies, 52 son residentes y 14 son migratorias. Además, en la zona habitan cinco especies de aves bajo la categoría de Protección Especial, de acuerdo con la NOM 059: Accipiter cooperi, Accipiter striatus, Dendrortyx macroura, Glaucidium gnoma y Myiadestes occidentales. Asimismo, 15 de esas aves son endémicas de los bosques templados del país.

REPL

  • Fanny Miranda
  • Reportera de MILENIO, fan de la naturaleza y cazadora de atardeceres. Por sus trabajos sobre medio ambiente, ha ganado el Premio Aleman de Periodismo Walter Reuter 2022 (2do lugar) y Premio Nacional de Periodismo de Ciencia, Tecnología e Innovación en 2016, entre otros.