Al Mariposario del Zoológico de Chapultepec arriban cada semana 800 mariposas de 25 especies diferentes, pero llegan en su etapa de pupa o crisálida, tras ser importadas de Costa Rica para que los visitantes a este centro de educación ambiental puedan presenciar la última etapa de la metamorfosis y liberarlas en un pequeño jardín acondicionado.
“Los lunes se entregan en Costa Rica, un distribuidor las revisa, los martes vuelan por avión a la Ciudad de México, el miércoles se liberan en la aduana y el jueves en la tarde ya las tenemos aquí. Por semana recibimos 800 pupas de 25 especies, podemos tener hasta 40 especies distintas”, explicó Guillermo Harada, director del Mariposario del Zoológico de Chapultepec.
En el lapso de un año, más de 41 mil 600 mariposas aletean en el jardín del Mariposario; cerca del 15 por ciento son Monarca, una especie que se exhibe durante casi todo el año, excepto durante las semanas de invierno más frías. Cada año en primavera, el Mariposario celebra la Semana de la Mariposa Monarca, en coordinación con la organización WWF México, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas y la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, en la que realizan actividades especiales para conocer más sobre esa especie.
En entrevista con MILENIO, Guillermo Harada destacó que el Mariposario del Zoológico de Chapultepec tiene el objetivo de educar a través del entretenimiento, sobre la importancia de las mariposas en la naturaleza y su papel en la polinización, en la producción de plantas y flores, que benefician a los seres humanos.
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“México es afortunado, hay más de 30 mil especies registradas (de mariposas), al ser un país megadiverso, tiene una gran cantidad de especies empezando por la Monarca que es la mariposa más popular del país”, destacó.
Crianza desaprovechada
De acuerdo con el experto, México está desaprovechando el nicho de negocio que representa la cría de mariposas en cautiverio, como lo hacen productores de Costa Rica, a través de programas de apoyo a pequeñas comunidades, con lo que también se ha logrado frenar la deforestación de la selva.
“Costa Rica es líder mundial en producción de mariposas, y tiene un importante papel porque no solamente se ha convertido en una industria que genera beneficios económicos, sino que además las familias en la selva producen las plantas para que las orugas se alimenten”, dijo.
Agregó que esta actividad ha permitido a las mujeres obtener mayores ingresos, ya que la producción de plantas hospederas puede realizarse en sus traspatios, sin descuidar a sus familias.
“Son núcleos familiares que reproducen a una o dos especies, se especializan en ellas, y a través de varias compañías que exportan mariposas, las distribuyen en mariposarios de Estados Unidos, Canadá, Europa, México y el país se beneficia al generar un ingreso económico, y lo más importante es que se genera conciencia ambiental se reproducen más plantas, se deforesta menos y además es un negocio familiar”, apuntó.
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Harada destacó que un pedido aproximadamente de 800 mariposas, tiene un costo de mil 600 dólares, más los gastos aduanales, transporte y permisos.
Metamorfosis
Marelyn García, bióloga de profesión, es responsable de recibir y mantener en buen estado cada pupa o crisálida que llega al mariposario. Cuidadosamente, una a una las monta con un alfiler en la tapa de un vaso desechable transparente de un litro de capacidad, lo cubre y después los apila en una cámara acondicionada para que la metamorfosis concluya y una semana después emerja una mariposa.
“Pareciera que no están vivas, pero al momento en que las estoy montando se empiezan a mover y sé que están vivas. Después de que las montó se quedan ahí casi inmóviles, y llega el momento en el que ya veo que están por emerger, a veces me toca voltear y ver como se abre la pupa y empieza a salir la mariposa y ver todo el proceso hasta que vuela”, narró.
García Ruíz resaltó que, como mecanismo de defensa, las pupas se mimetizan con el medio, por lo que parecen hojas verdes, hojas secas, troncos y hasta los frutos, como el chile.
“Hay dos grupos distintos de mariposas, las que tenemos dentro del mariposario son diurnas; estas van a formar pupas o crisálidas hechas de la misma piel de la oruga y van a tener coloraciones verdes, amarillas, cafés. Van a estar mimetizadas con el medio, pareciendo desde frutos o ramas, pedazos de troncos, hojas, van a tener bastantes formas que le van a ayudar a estar menos vulnerable, porque en ese estadio no tiene manera de defenderse, al estar formando sus alas no puede moverse de lugar y eso le ayuda a ella a que no sea depredada”, explicó.
El Mariposario del Zoológico de Chapultepec recibe cada año entre 150 mil y 200 mil visitantes, todos ellos pueden apreciar la etapa de pupa y con suerte admirar el momento en que la mariposa emerge de la crisálida. Además, el público también puede realizar la liberación de mariposas, cada hora, en el jardín acondicionado.
REPL