La próxima vez que salgas a la calle pon atención al comportamiento de los hombres cada que pasa una mujer. Es muy probable que al menos uno la mire de manera lasciva, o peor aún, le diga algún “piropo” que no es halagador, es acoso callejero.
Ana Beatriz y Karen lo conocen muy bien. Se hacen llamar Las Hijas de Violencia, y lo combaten con dos armas que a simple vista parecen de lo más simple: una pistola de confeti y una canción.
El colectivo de mujeres que nació en 2013 como un proyecto teatral que buscaba explorar el significado de ser mujer, decidió enfocarse en el problema, al considerarlo una de las prácticas más comunes y legitimadas por todos y todas, comentó Karen.
Su método busca revertir los papeles y las deja a ellas, como mujeres, en la posición de dominación, mientras que el atacante resulta el dominado al verse enfrentado, inesperadamente por el par de chicas.
Basta ver uno de sus performances para entender de lo que hablan. Cuando el acosador ataca, ellas responden al atacante con la canción que dice: “ “Eso que tú hiciste hacia mí se llama acoso. Si tú me haces eso de esta forma yo respondo. No tienes derecho y lo que haces es de un cerdo. Sexista, machista, ¿qué es lo que tú quieres?” . La reacción que ellas tienen avergüenza al perpetrador, lo señala y lo hace quedar mal frente a la sociedad, “les quita el status de dominante”, comenta Ana Beatriz.
Karen explica que la idea de la canción y de enfrentar a su agresor, surgió cuando al estudiar el tema del acoso, se dieron cuenta que es una lucha de poder, de ver quién domina a quién y en este caso, el que un hombre agreda verbalmente a una mujer, la pone en una situación inmediata de sumisión y vulnerabilidad.
Lo que buscan Las Hijas de Violencia no es victimizar a las mujeres, sino darles el poder de defenderse, de encarar a sus agresores y de acabar con esta problemática que va más allá de un simple “hola preciosa”, pues según cifras de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares que realizó el INEGI en 2011, el 31.8 por ciento de las mujeres mayores de 15 años encuestadas reportó haber sido víctima de alguna agresión pública, que puede ir desde insultos hasta violaciones.
Para Ana Beatriz el acoso callejero es parte de la sociedad y la cultura machista de México, pues considera que desde pequeñas, a las mujeres se les enseña a “cuidarse” de los hombres más no a los hombres a realmente respetarlas.
“El acoso callejero es sólo la punta del iceberg de una sociedad machista. Si en el espacio público somos violentadas a la luz del día, frente a todos y de la manera más ramplona, qué se puede esperar en el espacio privado”, continuó.
Para ambas, el enfrentar a los atacantes y exigir el respeto que se deben por el simple hecho de ser ser humanos, les ha hecho tomar conciencia de la problemática del acoso callejero, algo que para Karen es totalmente liberador “como ahora ves lo que antes no veías, tus conductas y tu mundo cambia por completo.” Expresó la joven.
Es por eso que Las Hijas de Violencia buscan no sólo empoderar a las mujeres, sino clamar por el respeto a todos, sea hombre y mujer, y generar conciencia sobre acoso callejero y poco a poco ver un cambio en el mundo, así como ellas lo han hecho en el suyo.
Gracias a un video que publicó el sitio de noticias AJ+, su mensaje logró viralizarse y su fama en internet les ha valido el reconocimiento y la difusión de su mensaje. Actualmente, se encuentran en una campaña para dotar a las mujeres de una pistola de confeti y no dejarse intimidar por nadie. Puedes seguirlas en su página de Facebook para conocer sobre sus próximas acciones.