En los años 80 inició esta transformación, cuando el empresario estadounidense Ian Schrager acuñó el término de hotel boutique, para describir alojamientos cuya premisa fue hacer sentir al huésped en casa y con un espíritu lujoso.
Pocas habitaciones, atención personalizada y buen gusto caracterizaron esa tendencia hasta los primeros años después del 2000, cuando la sensación de sentirse en casa dejó de ser suficiente; estas nuevas necesidades dieron vida a los hoteles de nicho.
La búsqueda de experiencias únicas, de la individualización de la oferta, empujó a la industria a renovarse y transformar el concepto boutique en hoteles temáticos y especializados, ideados para satisfacer caprichos y deseos de los huéspedes enfocados en intereses particulares. Esta categoría por definición es más que exclusiva, es de edición limitada.
[OBJECT]De esta manera, surgieron propuestas originales como el Ice Hotel de la Villé en Québec, construido en hielo, donde la experiencia es dormir en temperaturas bajo cero y decoración congelada, así como los especializados en moda como Armani Hotel Milano de Giorgio Armani en Milán, cuyo atractivo dominante es pernoctar en un espacio diseñado detalle a detalle (decoración, mantelería, sábanas, mesas) por el mismo diseñador italiano, o los abiertos por marcas como la de calzado Camper, con su hotel Casa Camper en Barcelona, el cual refleja un estilo de vida cómodo, desenfadado, que sigue la misma línea que sus zapatos.
Lo que une a esta diversidad de hoteles, de acuerdo con Annuska Angulo, editora de Hoteles con Conciencia de Travesías, “es el estilo de vida que ofrecen. Cada uno cumple con el buen gusto al que nos acostumbraron los recintos boutique, pero nos acerca a la marca que representa, que atiende a un nicho de mercado específico”.
Cubrir las necesidades para distintos grupos de consumidores ha detonado la creación de conceptos, pero, sobre todo, la apertura de sitios irrepetibles como el Hotel La Valise, en la colonia Roma en la CDMX, creado por la marca Chic by Accident, con solo tres habitaciones, cuya gran amenidad es su locación y exclusividad. Si bien la oferta de hoteles de nicho es diversa, ilimitada y reducida, se podrían describir cuatro grandes tendencias en las que las empresas están desarrollando la oferta.
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1) La experiencia transformadora
Desde los inicios de los dosmiles, la fantasía del “viaje que transforma” se ha hecho realidad. Esta tendencia es reflejo de una filosofía basada en la búsqueda de experiencias que ayuden a sacudir los sentidos. Quienes ansían este tipo de travesía requieren de un hotel que propicie la introspección e invite a reconectarse con la naturaleza.
Vincularse de una manera profunda con el destino es el objetivo. El buen gusto y la calidad son un hecho, pero lo que en este rubro importa es el contacto en todo momento con la naturaleza, sin mediadores.
Por ejemplo, Las Alamandas ofrece una experiencia en la Costalegre de Jalisco. Su dueña, la jetset Isabel Goldsmith Patiño, creó el hotel de 16 suites para que el huésped viva la naturaleza sin preocupaciones. Quizá por ello es frecuentado por estrellas de Hollywood que buscan privacidad absoluta.
No es necesario decir qué se desea, el staff está entrenado para leer los requerimientos del huésped, quien puede caminar en la playa a la tres de la madrugada o cabalgar sin temor, o hacer kayak sin un horario determinado. Es un sitio donde la naturaleza es la mejor amenidad, gracias a la ausencia de tecnología.
El Imanta Resorts and Signature Lots, en Punta de Mita, Nayarit, también invita al viaje interior. Leer en soledad, caminar por la playa, andar los senderos, es una especie de retiro al cual podrás sumar, solo si lo pides, experiencias diseñadas como la cena huichola, una dinámica que empieza con una caminata durante la cual se revela la cosmogonía de ese grupo indígena; ideal para parejas.
El Centro Ecoturístico Las Guacamayas, en Chiapas, certificado por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, fue diseñado para que sus instalaciones respeten el medio ambiente, además, su servicio está basado en los principios de turismo sostenible. Entre las actividades que ofrece, se encuentra el avistamiento de flora y fauna endémico, como la apreciación de la guacamaya roja.
2) Descubrir a bocados
La mejor manera de conocer y descubrir un lugar es a través de su cocina tradicional. En ella están, además de los sabores, la historia de esa tierra, las peculiaridades de la geografía, los efectos del clima, las divinidades… comer es cultura.
- Hotel Matilda, San Miguel de Allende
Una de las tendencias que desde hace más de un lustro ha ido creciendo es la de los hoteles que, más que ofrecer alimentos las 24 horas del día, dan clases de cocina o elaboran platillos personalizados. Han sumado a chefs de renombre que ya no creen en menús establecidos, sino en la creatividad y en la recuperación de los sabores e ingredientes locales. A estos recintos de sabores, los huéspedes van porque quieren experimentar comida de autor y desean probar la creatividad del chef.
Un ejemplo es en San Miguel de Allende, donde el afamado chef Enrique Olvera diseñó el menú del Moxi, restaurante del Hotel Matilda. Jorge Vallejo, del Quintonil, realizó el menú del Chablé Resort & Spa, en Chocholá, Yucatán, el cual, además de ser de autor, propone el rescate de las tradiciones y procura valores sustentables; debido a su visión, este hotel fue considerado por la Unión Internacional de Arquitectos y la UNESCO, como el mejor del mundo en 2017.
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3) El goce se volvió ecológico
La preocupación por el cambio climático también ha impactado en la industria hotelera. Los huéspedes ya no quieren que se les cambien las toallas a diario, les importa que los jabones no afecten al ecosistema, que el agua no se desperdicie, que se usen energías alternativas. Hoy, el lujo está entendido como la práctica de la sustentabilidad.
Un buen ejemplo está en la Reserva de la Biosfera Ría Celestún, en Yucatán, que alberga al Hotel Xixim. Con 32 bungalows, el sitio permite que los huéspedes se integren a la naturaleza. Aquí, 60% de los materiales de construcción son de reciclaje.
En Quintana Roo, el Kabah-na Eco Resort tiene solo cuatro cabañas en forma de hexágono y para que circule el aire, los techos son de zacate, asimismo, utiliza solo energía solar. Otro ejemplo es El Campamento Rí Lacanjá, en Chiapas, que ofrece tours a la profundidad de la Selva Lacandona de dos a cinco días, así como tours de rafting y kayak.
- The Peninsula Hotels
4) La experiencia personalizada
En la actualidad se trabaja en soluciones para personalizar 100% la experiencia. La firma The Peninsula Hotels es precursora. En su hotel de Beverly Hills ofrecen la experiencia “Niños de la alfombra roja”, en la que por un día los pequeños pueden experimentar la vida de las estrellas de Hollywood. También puede filmarse una película en familia para organizar después un estreno con alfombra roja y paparazzi.
Ya se empiezan a trabajar hoteles que se adecuan al diseño biofílico, enfocado en crear una correspondencia con las formas de la naturaleza; asimismo, se están combinando iluminación y aromas para despertar la memoria de los huéspedes y así enriquecer la experiencia.
- Hotel Xixim.
La corriente “menos es más” vive su máxima expresión, pues las cadenas hoteleras han decidido enconger las habitaciones, para ensanchar las áreas comunes que alientan la socialización y experimentar de mejor manera lo que ofrece el destino, por ello se promueve la alianza con especialistas, quienes crean diversos itinerarios de acuerdo con los deseos y gustos específicos de los huéspedes.