Tal vez fue una coincidencia o un mensaje indirecto hacia su esposo, pero sin duda la blusa que eligió Melania Trump para asistir al segundo debate de los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos está dando de qué hablar.
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No es por el precio -mil 100 dólares (cerca de 21 mil pesos), la marca –Gucci, o el color fucsia que la hizo resaltar entre la multitud, sino el nombre con el que la marca italiana vende la blusa: “pussy bow”.
La elección llama la atención porque apenas el viernes pasado, el diario estadunidense Washington Post publicó un video grabado en 2005 en el que se le escucha al candidato republicano decir que él, al ser una estrella, las mujeres le dejan hacer cualquier cosa, incluso agarrarlas por sus genitales. “Grab them by the pussy”, dijo Trump.
La blusa, hecha de seda con textura crepé, es una de las siluetas más reconocidas de Gucci, según el sitio Net-a-porter en donde está a la venta y es parte de la colección pre-fall 2016.
Y a pesar de que los coordinadores de campaña de Trump aseguran que la elección fue pura coincidencia, la blusa tiene una historia feminista detrás.
Esta prenda se caracteriza por tener un gran moño en el cuello, y recibe su nombre por ser similar al moño que se le ponía a los gatitos en el siglo XIX. No fue sino hasta el siglo XX, específicamente en la década de los 70 y 80, cuando fue parte importante del movimiento feminista.
Al integrarse las mujeres al ambiente laboral ejecutivo, buscaron una forma de emular las corbatas que los hombres usaban y encontraron en este estilo de blusa la respuesta perfecta para transmitir poder sin perder el toque femenino. Margaret Thatcher, primer ministra del Reino Unido entre 1979 y 1990 usaba este estilo de blusa.
mrf