‘Marcel’: el grito de amor de un adorable experimento

Cine

Una película que comenzó siendo un juego entre creadores se convirtió en una bella pieza digna de competir en los Oscar 2023.

'Marcel, la concha con zapatos', actualmente en cartelera y disponible en Prime Video. (A24)
Fernando Zamora
Ciudad de México /

Supongamos (para usar una fecha) que la animación comenzó a considerarse arte visual cuando en 1931 se entregó un Oscar al mejor corto animado. Aquella “Sinfonía tonta” de Disney comenzó un trayecto en que resulta notorio un movimiento entre lo amplio y lo profundo.

Primero, los artistas conquistan un logro técnico y luego, con dicho logro, se aventuran a realizar películas más amplias. Mickey pudo silbar en Steamboat Willie, de 1928, y doce años más tarde (en 1940) dirigió una orquesta en Fantasía.

Pero, además, las búsquedas técnicas animadas han trascendido el dibujo. No sólo está la computadora, como podría suponerse, sigue viva la animación con plastilina, con objetos, con personas, el cuadro por cuadro.

Inscrita en la tradición del gran arte de animación Marcel, la concha con zapatos (actualmente en cartelera y disponible en Prime) comenzó siendo un juego en que Dean Fleischer y su esposa Jenny Slate dieron vida a un gentil personaje: Marcel. La pareja se separó y esta, que pudiese parecer anécdota de tabloide, es el génesis que llevó a los cortometrajes a transformarse en un largometraje que compitió al Oscar en 2023, cuando ganó el Pinocho de Guillermo del Toro.

El principal reto de Marcel era capturar la exquisita sencillez de los cortos originales. Para ello se construyó esta historia:

Durante el pleito de la pareja con la que vivían la concha y su familia, el hombre vació los cajones en una maleta y, sin querer, se llevó a la familia de Marcel, quien vive ahora sintiéndose solo junto a una abuela que poco a poco va perdiendo la memoria.

El guion alude claramente a la situación del artista que perdió a su mujer al tiempo que se volvía un exitoso influencer. En este sentido, resulta simpático que tanto el animador como su criatura son conscientes en el largometraje del éxito que han tenido. Sucede un poco como con Sherlock y Watson cuando se vuelven famosos tanto en la ficción como en la vida real, un recurso que, en última instancia, remite al Quijote.

Ahora bien, visto que Marcel se ha convertido en un auténtico fenómeno de culto, la adorable criatura aprovecha la fama para lanzar al mundo este grito de amor: “necesito recuperar a mi familia”. No se trata solo de que la concha se entreviste en un famoso programa para pedir a su familia que vuelva, la película es a su modo una carta de amor que escribe el animador a su pareja.

Marcel, la concha con zapatos se articula como la pieza de un reloj en la historia del cine animado: el experimento técnico y personal ha terminado por producir una historia más amplia, como si los personajes exigiesen vivir más. Así sucedió cuando competían los animadores de la MGM con Disney y cuando los japoneses, usando su propia tradición, originaron una película amplia y profunda que es, además, una de las mejores obras audiovisuales de todos los tiempos: La tumba de las luciérnagas (disponible en YouTube); así sucedió cuando el ruso Aleksandr Petrov recreó la lucha del hombre con la muerte usando vidrio pintado para su adaptación de El viejo y el mar y así sucede con esta concha con zapatos.

Marcel es un adorable experimento visual que maduró hasta transformarse en este bonito largometraje que es, en efecto, una carta de amor. Desafortunadamente el experimento a menudo pierde profundidad cuando llega el momento de ganar amplitud. Marcel, la concha con zapatos sigue siendo tierno e interesante, pero al volverse largometraje, por desgracia, ha perdido un poco de su candor original.

Marcel la concha con zapatos

Dean Fleischer Camp | Estados Unidos | 2021

AQ

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