Muere Black Terry, histórico luchador mexicano y uno de los mejores a ras de lona

De momento no se ha confirmado la causa de la muerte del luchador, pero la IWRG confirmó el hecho

Muere Black Terry, histórico luchador independiente mexicano (Especial)
Olga Hirata
Ciudad de México /

La lucha libre mexicana está de luto. Este 20 de abril de 2025, falleció Black Terry, el gladiador de mil batallas, el hombre que convirtió la técnica en un arte y la rudeza en poesía. Murió como vivió: con dignidad, sin reflectores, pero con el respeto intacto de quienes sí saben lo que significa ser leyenda.

No tenía que gritar para hacerse notar. No necesitaba escándalos ni cintillos dorados. Su voz estaba en sus llaves, en sus silencios, en la mirada con la que le decía al rival: "Esto es lucha libre, y aquí mando yo". Hoy, su cuerpo se apagó, pero su nombre —ese que se gritó con respeto en la Arena Naucalpan, en la López Mateos, en cada rincón independiente— se queda.

Black Terry no solo fue un luchador. Fue un rival incómodo, un maestro temido, un símbolo de resistencia. Su historia no puede contarse sin mencionar a quienes lo hicieron más fuerte, más feroz, más eterno.

Negro Navarro: el rival que lo igualó

Su química con Negro Navarro era tan brutal como hermosa. No se odiaban: se retaban. Se arrancaban la piel sin perder el respeto. Esos duelos, llenos de llaveo, contrallaveo y silencios largos en el ring, eran un diálogo entre sabios que solo los verdaderos aficionados podían entender.

Cada enfrentamiento era como ver a dos samuráis cruzando espadas con honor, sabiendo que en cada movimiento se jugaba algo más que una caída: se jugaba el legado.

El hijo del Diablo: la rudeza sin tregua

Con El Hijo del Diablo, la historia era otra. No había respeto, había guerra. Era sangre, era furia. Terry se transformaba en una bestia que podía con todo. Y si no podía, fingía que sí. Porque rendirse no estaba en su diccionario.

Los enfrentamientos entre ambos eran puro colmillo, puro barrio, pura lona caliente. Si hay una definición de lucha libre cruda, era esa rivalidad.

Su hijo, el reflejo

Pero quizás el rival más simbólico fue su propio hijo, Guerrero Maya Jr., quien también usó por un tiempo el nombre de Terry Jr.. Enfrentarlo en el ring no fue un acto de desprecio, sino el gesto más profundo de enseñanza. Lo enfrentó para decirle: “Si quieres ser leyenda, primero me tienes que tumbar a mí”.

No le regaló nada. Porque sabía que un legado no se hereda: se gana.

El último round

Hoy, Black Terry ya no está. Pero decir que murió es solo una formalidad. Porque en la lucha libre, hay nombres que no se apagan. Se quedan vivos en las crónicas, en las grabaciones caseras, en los aplausos sinceros, en las cicatrices de quienes lo enfrentaron.

Murió un hombre. Quedó inmortal el luchador.

Y entre tanto ruido falso que hay hoy en los cuadriláteros, su silencio se volverá más fuerte que nunca.



RGS

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