Ha pasado siete años desde la ultima vez que Lupita González compitió, después vinieron momentos obscuros, complicados y llenos de incertidumbre.
Un doping positivo y una larga trayectoria legal para tratar de comprobar su inocencia llevó a la marchista mexiquense, y medallista de plata en los Juegos Olímpicos de Río 2016, Guadalupe González, a los momentos más desagradables en su trayectoria deportiva, esos que le exigieron una fuerza física y mental mayor a los que puso en la competencia de Brasil para pelear ante las andarinas de China y subirse al podio olímpico.
La sanción la obligó a alejarse de la competencias oficiales, pero no de los entrenamientos. Así, desde 2017 Lupita, junto a su entrenador Esteban Santos, todos los días se levanta para sus prácticas, camina kilómetros y mantiene a su cuerpo acostumbrado a las exigencias del alto rendimiento, aún cuando su regreso a las competencias oficial será hasta noviembre del próximo año.
La andarina mexiquense reconoce que ha sido un proceso complicado, con días buenos y otros no tanto, pero todo lo hace porque tiene un objetivo: regresar a unos Juegos Olímpicos y recobrar ese sitio a nivel mundial que una sanción le quitó de un momento a otro.
“Seguimos con la esperanza de poder regresar, el tiempo es relativamente menos, aun falta un poco, pero, se está acercando el gran día para mí del regreso y espero afrontarlo de la mejor manera. De por sí el trabajo es pesado, son kilómetros, trabajos fuertes, largos, es complicado porque sí me ha pasado por la mente ¿para qué tanto? El trabajo que hacemos es para mantenernos, no he hecho grande cargas, el trabajo más importante vendrá el próximo año y espero no tener alguna lesión que me pueda mermar. Yo misma me repito que ya casi llega el día, es lo que me motiva a no dejar de entrenar”.
Sería el 15 de noviembre de 2026 cuando Lupita pueda reintegrarse a las competencias, a partir de ahí su meta es alcanzar los mejores cronómetros, primero para pelear los sitios de la selección con las andarinas mexicanas y después a nivel internacional, pues su anhelo es Los Ángeles 2028, pero antes también Juegos Panamericanos y un Campeonato Mundial.
“Ha sido muy difícil, días no buenos, días peores, pero también hay días en que me he sentó mejor, y son esos los que me ayudan a seguir adelante. Mantengo la esperanza de ir a otros Juegos Olímpicos, el hecho de saber que hago las cosas bien me mantiene con la esperanza de regresar. Esto que me tocó vivir me dejó mucho aprendizaje, de todo tipo, personal, deportivo, una enseñanza de que una situación difícil nos prepara de otra manera para ver la vida del otro lado, me hizo mas fuerte”.
Dios, su fortaleza
Su familia, el entrenador Esteban Santos, sus amigos y hasta la gente que la reconoce en la calle y le expresa su admiración y su pronto regreso a las competencias, son incentivos que la mantienen fortalecida, pero sobre todo su fe en Dios, a quien lejos de reprocharle por lo pasado, le agrade de la vida y la salud, que ahora le permiten un regréselo a las competencias.
“De entrada Dios, tengo mucha fe y Dios me hizo pasar todo esto, me dio fortaleza, temple, hoy me da la salud para estar aquí, por eso doy gracias a Dios. También mi familia, siempre ha estado conmigo, todos y cada uno les agradezco mucho. Mi entrenador, que le ha tocado ver mis versiones de todo tipo, dentro del entrenamiento, y a mis amigos que han confiado en mi. También a la Secretaria de Marina que es el lugar y el trabajo que tengo, pensaba que ellos me iban a dar la espalda, porque no son una institución que se dedique al deporte, pero cuando me llaman y me brinda el apoyo, gracias a ellos es como he podio mantenerme, tener un trabajo y además, me dan la oportunidad de seguir entrenando, por eso quiero darles las gracias”, mencionó.
Y añadió: “a la gente que que cuando me ve me motivaba, aquí hay gente que cree que puedo regresar, voy entrenando y me dicen ‘Lupita vamos, esperamos tu regreso, estamos pendientes’, todos ellos me levantan cuando voy batallando, cuando quiero dejarlo, el apoyo de la gente es lo que me levanta, espero corresponderle a todos los que confían en mi con algún triunfo”.
Su retorno
Por ahora, Lupita González solo se mantiene activa, sin cargas de trabajo extenuantes, esas vendrán a partir del próximo año, cuando aliste su retorno, que de acuerdo a las distancias oficiales, le tocará competir en los 21 kilómetros, un regreso nada sencillo pues reconoce que la inactividad puede pasarle factura y que las andarinas mexicanas cada día crecen en cantidad y calidad.
“Tengo claro que no va a ser fácil, que no será sencillo, hoy por hoy la competencia es muy fuerte en el continente, después vamos a Europa, Asia, voy a tener que trabajar aún mas, enfocarme en los trabajos, en la técnica para no tener sorpresas, el trabajo debe ser muy fuerte, esperemos que nos alcance para poder estar con ellas, en su momento clasificarme a los eventos”.
Primero será ante las locales, después ya pensará en las rivales mas fuertes del orbe: “esperemos que pueda completar la selección con las compañeras, jovencitas que están pasando a la categoría Libre, así como atletas que ya estuvieron en Juegos Olímpicos como Alejandra Ortega, Alegna González, Valeria Ortuño, Ale Guerrero, Nadia González, hay muchas, Ximena (Serrano), varias nuevas con las que no her podio competir, creo que el trabajo debe ser enfocado para que podamos ser parte de la selección, los lugares son pocos y esperemos que gane la que esté mejor preparada”.
Más historia
La andarina del Estado de México sabe que esa medalla que ganó en 2016 demostró dos cosas, que las marchistas mexicanas pueden trascender a nivel internacional, pero también abrió la puerta de la marcha latinoamericana, pues a partir de ahí, surgieron muchas campeonas de varios países del sur del continente.
“Vimos en los pasados Juegos Olímpicos muy buenas marcas, la china con muy buenos tiempos, la española, las latinas, Lorena Arenas con una medalla olímpica, Ecuador con Glenda hizo un gran trabajo, se ha visto el gran trabajo de Perú, Colombia, Brasil, creo que nuestro continente ha crecido mucho en cuanto a la marcha”.
Por todo ese legado, por su propia convicción, y porque en este tiempo se dio cuenta del valor real que tiene su medalla, es que Lupita González quiere regresar a las competencias y escribir nuevas historias en el deporte mexicano.
“Esto que pasó y que he visto a los compañeros que van a Mundiales y Juegos Olímpicos, el hecho de que volteo y veo lo que pasó, me hace consciente de lo que estaba pasando en su momento, yo entonces solo pensaban en las competencias y decía ya pasó y vamos por otra, cuando veo como es complicado para muchos de ellos que han estado mucho tiempo trabajando, digo yo ya lo hice y lo obtuve en un proceso muy rápido"
"A veces no me la creo, agradezco a Dios que me ha dado esa fuerza y fortaleza para hacerlo, pasan cosas inesperadas, pero espero hacer un poco mas de historia, si es que está en sus manos, sino, yo no dejaré esto hasta que le cuerpo me diga ya, porque también hay que irnos preparando para eso, es complicado porque a veces no quieres darle fin a algo que te gusta hacer”.
CIG