Rodrigo Meza (Aguascalientes, 2007) empuñó su primera raqueta a los tres años de edad. La pasión por el tenis se la forjó su padre, que participó en el Circuito Nacional en su juventud y quien no sólo le compartió el nombre, sino su destreza en las canchas. Ambos gastaban las tardes viendo algún Grand Slam. A pesar de su corta edad, Rodrigo no perdía detalle frente al televisor mientras jugaba el español Rafael Nadal.
“Desde chico intentaba parecerme a él, vestirme como él, de gritar como él. Tener esa garra que él tiene ¡me encanta!”, cuenta emocionado. Imitando a los grandes, fue perfeccionado su técnica en el Club de Golf Santa Margarita en Irapuato, Guanajuato. Se metió entre los 10 primeros lugares del ranking juvenil de México. El hidrocálido tenía claro que para “ir progresando mucho más” habría que dar el siguiente paso. Para ser un grande, tenía que entrenar con un grande.
En septiembre del 2020 llamó a la academia de Rafa Nadal en Mallorca, España.
“Me pidieron que enviara unos videos jugando, saques, peloteo. Luego me entrevistaron”, recuerda.
El proceso fue largo para Rodrigo, pero confesó que “cuando me dijeron que estaba aceptado me emocioné por tener la oportunidad de estar aquí. Es muy importante para mi” y así lo entendió su familia, sorprendida por la iniciativa de su hijo. “Tenía 13 años y llamó a la secretaria de su papá para que le ayudara a hacer una llamada a España”, rememora su madre Estefanía Arredondo, a la que no le fue fácil separarse de su único hijo.
“Un día nos dijo que lo habían aceptado. Cuando vimos que iba en serio pensé: No le quiero cortar las alas”, explica mientras lo ve practicar en la arcilla.
Un año después de esa llamada, Rodrigo llegó a Manacor con una maleta y un sueño: “ser el primer mexicano en ganar un Grand Slam (en la era moderna). Estoy luchando cada día para obtenerlo y aprendiendo para ser mejor y llegar a eso”.
Rafael Pelón Osuna es el único mexicano que ha conquistado un Grand Slam en Singles. Lo hizo en 1963, cuando venció al inglés Frank Froehling en el US Open. El joven de Aguascalientes tiene en la mira ese objetivo “por el tipo de cancha” ya que “antes de jugar aquí jugaba siempre en cancha dura, en cancha de asfalto. Es un juego rápido y siento que me acomoda mucho más”. Es tal su ilusión que ha estudiado el escenario a distancia.
“No lo conozco pero lo que he visto, la cancha central es muy grande y me encantaría”, comparte.
En la Rafa Nadal Academy, Rodrigo ha destacado por su actitud, virtud que aprendió de Carlos Moyá y del mismo Nadal, quienes le “aconsejaron que primero que nada es la actitud, que nunca deje de tenerla. Que siga luchando. Que dé el 100 por ciento en cada entrenamiento”.
Una de las fortalezas de la academia del 20 veces campeón de Grand Slam, además de la preparación física, es la habilidad mental.
“Siempre estar luchando. Saber de cualquier oponente. Que de cualquier partido se pueden aprender muchas cosas” son algunas de las lecciones que ha recibido Rodrigo en los meses que lleva en Mallorca.
Toni Nadal, tío y ex entrenador de Rafa, es, como él mismo lo define, formador de talentos en la academia. Su trabajo va de forjarle a los jóvenes un carácter que los ayude a afrontar las competiciones e inculcar valores.
“He aprendido mucho de él”, cuenta el mexicano que descubrió en Toni “una persona que siempre encuentra una manera sencilla de resolver las cosas” y recibe constantemente consejos del hombre que llevó a Rafa Nadal a la gloria.
“Siempre lucharlo todo en cada bola… Se me ha quedado grabada esa frase”, confiesa. Una recomendación que puede aplicar incluso fuera de las canchas: “Bueno, el tenis es mi vida”, sostiene, pero si se da un revés “sería ir a estudiar y ser empresario”. Su camino, por ahora, va enfocado al deporte (minuto 30:00).
Rodrigo se ve “jugando Grand Slams junior; jugando torneos ITF, haciendo el cambio profesional. Me veo ahí entre los mejores del país ya jugando torneos internacionales”. Como su ídolo, Rafael Nadal.
Por ahora, “estar en su academia es un sueño hecho realidad”.
FCM