La participación de la mujer en la minería en México va creciendo. De acuerdo al Informe de Sustentabilidad de la Cámara Minera de México (Camimex), se contabilizan casi 60 mil mujeres, lo que representa el 16% de la plantilla laboral de la industria minera del país, tanto a nivel de personal sindicalizado así como de profesionistas dentro del ámbito de las ciencias de la tierra, así lo dieron a conocer Karen Flores, presidenta de Camimex y Doris Vega, vicepresidenta de Women in Mining México.
Ambas coinciden en que con estos datos, las mujeres que rompiendo cualquier mito y paradigmas, hoy consolidan su paso dentro de esta industria.
Según la Camimex, datos del Instituto Mexicano del Seguro Social refieren que en el país hay 367 mil 935 trabajadores afiliados en la industria extractiva, de los cuales casi 60 mil son mujeres, lo que representa el 16% del total de la base trabajadora en las empresas afiliadas a este sector.
De acuerdo con el Informe de Buenas Prácticas en Desarrollo Comunitario de la Camimex, las más de treinta empresas asociadas, incorporaron una visión de equidad de género e inclusión buscando desarrollar, fomentar e impulsar la igualdad de oportunidades en la minería, promoviendo buenas prácticas laborales.
Derivado de esto, en 2020 la participación de la mujer en la plantilla laboral del sector minero-metalúrgico se mantuvo en un 15.7%. Y aunque la cifra es importante, “lo cierto es que aún hay mucho que hacer para incrementar la cantidad de mujeres y que sean valoradas, más por cuestión de talento, que por dar cumplimiento a una cuota de género”, reconoció Doris Vega.
En el 2008 la participación de la mujer en la minería fue del 12.2% con 33 mil 260 mineras. Para el 2014 el porcentaje sólo se elevó un punto, es decir, 42 mil 070 empleadas, con una colaboración del 12.3%. En el 2020, la cifra alcanzó el 15.7% con un total de 57 mil 826 trabajadoras dentro de las unidades mineras.
Doris Vega señala que las mujeres han llegado también a ocupar puestos de alto nivel directivo, que en antaño eran considerados exclusivos para los hombres, y ase gura que si bien ya no han logrado obtener puestos mucho más altos, sí están siendo factor de influencia y decisión dentro del sector.
Equilibrar la estadística
La minería ha encontrado talento y habilidades en las mujeres. Muestra de ello lo representa Karen Flores, quien desde 2019 es directora de la Cámara Minera de México.
Si bien se pudiera pensar que, para aumentar la cifra aún hay retos que enfrentar, dijo que se va a buen ritmo y se trabaja para ir equilibrando la estadística. Consideró que este crecimiento que se ha presentado en los últimos cinco años se visualiza con una dinámica constante.
El brillo del trabajo de las mujeres se distingue desde el ámbito operativo al nivel ejecutivo. Se dice que el 9.5 por ciento de la plantilla laboral de trabajadoras en la minería ocupa puestos directivos y 10 por ciento, en supervisión.
“También hay mujeres en la parte operativa manejando camiones, supervisando tajos y dirigiendo operaciones mineras y pues eso es algo muy interesante y gratificante. Este crecimiento exponencial va a mantener la tendencia y antes de lo esperado vamos a equilibrar las cifras”, señaló.
Peñoles, ejemplo de inclusión en la industria minera del país
Minera Penmont (La Herradura) de la compañía Fresnillo PLC e Industrias Peñoles, fue de las primeras empresas que le abrió las puertas laborales a las mujeres al interior de una mina.
Unidades mineras como Velardeña, así como Capela, en el municipio de Teloloapan, en el estado de Guerrero, dan muestra de la incorporación de la mujer en este sector. Mitos y leyendas se han ido desarraigando, dando “brillo” a las grandes cavernas y largos túneles de las minas. Ejemplo de ello son María y Luz, quienes trabajan en la unidad minera ubicada en la sierra de Guerrero.
Manejando un “Simba”, Luz es considerada una de las primeras mujeres que maniobra una máquina perforadora de barrenos. Ella comenzó como operadora, recibiendo instrucción en el Centro de Capacitación de Peñoles, ubicado en la Mina de Velardeña Durango, donde aprendió en los simuladores con tecnología virtual 360 el manejo de equipo al interior de la mina, obteniendo habilidades en la conducción y perdiendo el miedo a trabajar en espacios reducidos.
Tiene 24 años de edad y es originaria de Teloloapan, cuenta con preparatoria, pero antes de trabajar en las minas estuvo laborando en el área de ventas en diferentes tiendas: “En mi casa, mi familia me juzga de loca porque lo consideran un oficio riesgoso”.
Sin embargo, para ella la seguridad está garantizada ya que siempre realizan labores previas de revisión y reducción de posibles riesgos, dando cumplimiento a los protocolos en este rubro. Si bien reconoce que la relación con sus compañeros mineros de repente ha sido algo “enfadosa”, la mayor parte del tiempo es buena.
Explica que en el área que está barrenando al interior de mina fue pintada de rosa, al ser en este mes la celebración de la lucha contra el cáncer de mama.
CALE