El pasado jueves, Alberto Olvera, un joven de apenas 13 años, perdió la vida tras ser atropellado en el periférico Raúl López Sánchez. El menor se dirigía a casa de su padre después de visitar a un familiar por parte de su madre.
El padre del joven, Víctor Alberto Olvera Acosta, relató con profundo dolor los momentos previos al accidente y la angustia que vivió tras enterarse del estado de su hijo.
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“Me habla mi hijo, que venía de casa de un familiar de su mamá y me dice que se había bajado del camión, pero le dije que esa vía era peligrosa y que tomara un taxi para que no se arriesgara… Pasa media hora y le empecé a marcar porque me preocupé y luego me habla la mamá hecha un mar de lágrimas y me dice que me vaya al hospital porque Fernando estaba muy grave”, recordó Víctor.
Médicos señalaron que una tención más rápido pudo cambiar las cosas
Tras el accidente, Alberto fue trasladado al hospital Manto de la Virgen, pero debido a la gravedad de sus lesiones, tuvo que ser llevado a la clínica 71 del IMSS. Sin embargo, el proceso fue lento, ya que se requirió una ambulancia especializada para mantenerlo con vida. Los médicos señalaron que una atención más rápida pudo haber cambiado el desenlace.
“La persona que lo atropelló lejos de apoyar a mi hijo lo dejó tirado… los médicos nos dijeron que si en los primeros minutos mi hijo hubiera sido trasladado a un hospital la situación sería otra”, lamentó su padre.
Conductor responsable se dio a la fuga
El conductor responsable del atropellamiento se dio a la fuga, sin brindar auxilio al menor. Hasta el momento, la Fiscalía continúa con la búsqueda del responsable, mientras la familia exige justicia. Durante los seis días que Alberto permaneció hospitalizado, sus amigos y compañeros estuvieron pendientes de su estado de salud, demostrando el aprecio que le tenían.
Víctor describió a su hijo como un niño alegre, deportista y con gran amor por la vida.
“Para mí era el niño más maravilloso del mundo, pero las pruebas están aquí, estás viendo a los jovencitos, era un niño muy querido, le gustaba mucho reírse, le gustaba mucho la vida”, expresó conmovido.
La comunidad también mostró su apoyo a la familia. Muchas personas se acercaron al hospital y a la escena del accidente para ofrecer su ayuda y solidaridad. La familia agradeció especialmente a quienes se detuvieron a auxiliar a Alberto tras el impacto, aunque lamentaron que el conductor no hiciera lo mismo.
“Que Dios lo bendiga, y como dije hace rato, no hay peor verdugo que la conciencia… yo lo único que puedo decirle es que Dios lo perdone porque fue un acto incalificable dejar a mi hijo ahí como si fuera un animalito”, dijo Víctor, conmovido por la pérdida de su hijo y la indiferencia de quien lo atropelló. La familia espera que las autoridades den con el responsable y se haga justicia.
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