Ante la inflación que en Puebla capital llegó a 8.28 por ciento y la informalidad laboral de 64.9 por ciento de las personas ocupadas, el poder adquisitivo de las familias se redujo este año en 30 por ciento.
Marcos Gutiérrez Barrón, investigador en Economía de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), destacó que las familias están en un momento complicado porque con el mismo dinero ya no pueden comprar 30 por ciento de lo que podían adquirir el año pasado.
“Es posible decir que se ha perdido alrededor de un 30 por ciento el poder adquisitivo de las familias, lo cual, afecta de una manera muy importante su bienestar”, apuntó.
Después de que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer que Puebla capital alcanzó en agosto una tasa de inflación de 8.28 por ciento en términos anuales, mientras que en Izúcar de Matamoros llegó a 8.91 por ciento, Gutiérrez Barrón destacó que el aumento de precios en productos y alimentos es uno de los actores que más afecta a las familias poblanas.
“Este incremento en la inflación es uno de los que más está afectando a las familias y está afectando su bienestar. La inflación es una de las variables que más afecta a las familias. Ya dijimos cómo afecta su poder adquisitivo y cómo afecta su bienestar. Entonces, tendríamos una inflación alta, todavía, este año”.
La inflación está llevando al límite a la economía, ante lo cual, es fundamental combatirla y un mecanismo puede ser el aumento en las tasas de interés por parte del Banco de México, lo cual impacta en un menor incremento del Producto interno Bruto.
Junto a la inflación, se presenta un mercado laboral precario de la población ocupada ya que seis de cada 10 trabajadores se encuentran en la informalidad, lo cual se traduce en bajos salarios y en incertidumbre laboral.
“Sus ingresos no permiten a las familias cubrir un requerimiento esencial del ser humano que es el de comer; sus ingresos son tan bajos que le impedían llevar a cabo el tener acceso a la alimentación de una manera digna”, comentó.
A pesar de que la tasa de desocupación se encuentra en sus niveles mínimos y se están creando empleos tanto a nivel nacional como en el estado de Puebla, la mayoría son de baja calidad y con bajos salarios.
“Se crearon más empleos, pero el problema está en la baja calidad de los empleos y el bajo salario que perciben las personas, promoviendo el trabajo informal, porque el salario no les alcanza”, apuntó.
Actualmente, el estado de Puebla se encuentra ante un panorama complicado y con signos de alerta ante un incremento escalonado y continuo de productos y servicios; una pobreza laboral de casi la mitad de la población.
AFM