Por: Daniela Stevens
Ilustración: Jonathan Rosas, cortesía de Nexos
La nueva administración podría aprovechar su peso en la economía internacional para responsabilizar a sus socios comerciales por sus contribuciones al calentamiento global, oportunidad que la administración anterior perdió con México en las negociaciones del T-MEC. Tal presión generaría sus propias complicaciones. En un acto simbólico, Biden rescindió el permiso presidencial para la construcción del oleoducto Keystone XL entre Estados Unidos y Canadá. Dado que el primer ministro Justin Trudeau apoya el proyecto, esta decisión podría accidentar la relación entre ambos países, además de poner en jaque la reputación ambientalista del gobierno canadiense que el primer ministro ha construido. El gobierno de la provincia de Alberta, que ha invertido una década y más de mil millones de dólares en el proyecto, advirtió que podría recurrir a acciones legales. El compromiso de la administración de Biden con el clima se reflejará en si renegocia sus alianzas con los países productores de petróleo y en cómo lo hace.