Cinco considerandos y una exhortación

Ciudad de México /

1. Donald Trump es un personaje ruin. Nada justifica la agresión arancelaria a un vecino y socio con el que se tiene un tratado comercial de reglas y procedimientos claros; eso es un puñetazo atrabiliario del bully para sacar ventaja indebida en las próximas negociaciones. Ya conocemos su calaña: se trata de un populista xenófobo que en su primera administración separó familias de paisanos migrantes y enjauló a los niños. No lo olvidemos. Que la mayoría de los estadunidenses haya votado por alguien a quien su propia justicia ha declarado delincuente es un fenómeno que desafía la racionalidad; que haya mexicanos que le aplaudan es una conjugación incomprensible de malinchismo y síndrome de Estocolmo.

2. Las drogas se producen y trafican porque hay millones de personas que pagan mucho dinero por ellas en Estados Unidos. Cruzan la frontera desde México, sí, pero luego se distribuyen en la enorme geografía estadunidense y se venden en sus ciudades sin que sus autoridades lo impidan. Allá se mueve la mercancía; acá nos ahoga la violencia.

3. Nuestro cáncer histórico es la corrupción, no podemos soslayarlo. Negar que ha existido siempre y que hoy se manifiesta en una connivencia gubernamental con el crimen organizado repartida en los tres órdenes de gobierno sería engañarnos a nosotros mismos; el poder corruptor de esas organizaciones es inmenso y su penetración en la vida nacional gravísima.

4. La estrategia de seguridad de López Obrador fue un error monumental. No combatir a los cárteles esperando que se portaran bien constituyó, en el mejor de los casos, una negligencia imperdonable, y en el peor una complicidad tácita. El repliegue fue aprovechado por los criminales, quienes subrogaron al Estado, corroyeron más el tejido social y asumieron, en gran parte de nuestro territorio, el control político y económico.

5. Trump va a utilizar esta realidad para golpear con información de sus agencias y con la que le darán los capos que tiene en su poder. Claudia Sheinbaum se colocará a sí misma y pondrá al país en una posición de mayor vulnerabilidad si se empeña en defender lo indefendible. Aunque algunos de sus colaboradores desbarraron al confiar ingenuamente en la sensatez del insensato, hasta ahora ella ha actuado bien en su comunicación con él, y su respuesta al anuncio de los aranceles fue correcta. No tenemos alternativa: tenemos que encarecer la agresividad trumpiana. Pero su deber como primera mandataria es proteger a todos sus mandantes mexicanos, no solo a uno de ellos, por más importante que haya sido y por más que lo quiera.

Presidenta Sheinbaum: defienda a México, no a AMLO. No distraiga su atención ni su fuerza, que la nación requiere plenas, en cuidar a su mentor. No le pido que calle ante la calumnia: si puede probar que se miente hágalo, pero no se convierta en la abogada personal de un ex presidente que, aunque le cueste trabajo reconocerlo, empoderó más al crimen organizado. Usted ha abandonado en buena hora la política de abrazos, no balazos. Deslíndese en Sinaloa, actúe contra los cómplices de la criminalidad del bando que sean sin temor a contrariarlo y construya la unidad que necesitamos presidiéndonos a todos los mexicanos. Se vienen tiempos adversos y tenemos que demostrar que la patria es primero.


  • Agustín Basave
  • Mexicano regio. Escritor, politólogo. Profesor de la @UDEM. Fanático del futbol (@Rayados) y del box (émulos de JC Chávez). / Escribe todos los lunes su columna El cajón del filoneísmo.
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