Agua de Puebla: ¿un nuevo rumbo o más de lo mismo?

Puebla /

No importa si es en el espacio que tengo en tele, en radio o en las conversaciones cotidianas, las quejas son las mismas: inseguridad, baches y el problema del agua, ya sea porque no hay o porque se desperdicia en las fugas.

El problema no es nuevo. En 2013, bajo el gobierno de Rafael Moreno Valle, se concesionó el servicio a la empresa Agua de Puebla para Todos. El Congreso reformó la ley, abrió la puerta a la participación privada y la marca tomó el control del agua potable, drenaje y saneamiento.

Desde entonces, el historial ha sido un desfile de reclamos. Servicio deficiente, cortes sin aviso, fugas sin atender, cobros arbitrarios. La bronca se ha vuelto un tema de presión política y social.

Con la llegada de Alejandro Armenta a la gubernatura, la concesión quedó bajo la lupa. Tres opciones hay sobre la mesa: seguir con mejoras, revocarla por incumplimiento o buscar otra alternativa.

A finales de 2023, cayó la primera cabeza. Héctor Durán fue removido de la dirección general y en su lugar recién llegó Jordi Bosch Bragado, un español con amplia experiencia en el sector. Durante nueve años dirigió Aguas de Saltillo y dejó buen sabor de boca. Allá lo recuerdan por mejorar el suministro, hacer más eficiente el uso del agua e incluso colaborar en la crisis hídrica de Nuevo León.

He consultado a varias fuentes y diversos colegas y coinciden en que mantiene buen trato con su equipo, sabe moverse con los distintos sectores y no le incomoda dialogar con el gobierno, a diferencia de su antecesor.

A la primera oportunidad y con diversas propuestas, la de Bosch resultó la mejor para sacar del hoyo a Agua de Puebla, la cual se encuentra en una encrucijada, enfrentando la necesidad de abordar estos desafíos para garantizar un servicio eficiente y sostenible para la población, en tiempos donde el agua, es sinónimo de crisis.

Morena contra Morena

Primer Acto: En Xoxtla, la alcaldesa Guadalupe Ortiz acusó a su antecesora, Guadalupe Siyancan, de desviar más de 15 millones de pesos y dejar las arcas vacías. La ex alcaldesa, número dos del partido en el estado, negó todo y amenazó con acciones legales.

Segundo Acto: En una asamblea de Morena, Claudia Rivera y la diputada Rosario Orozco -viuda del exgobernador Miguel Barbosa- protagonizaron un enfrentamiento. Rivera denunció que fue víctima de persecución durante la administración de Barbosa, lo que desató la discusión en pleno evento partidista.

¿Cómo se llamó la obra?


  • Alberto Rueda
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