No han pasado ni siete meses desde que iniciaron las administraciones municipales y en Puebla ya hay dos alcaldes prófugos y otros dos detenidos.
El caso más reciente es el de Gerardo Cortés Caballero, presidente municipal de Cuautempan, postulado por la alianza PT-Morena. El político, que heredó el poder de su padre (quien ya había sido alcalde dos veces antes) se encuentra ahora bajo sospecha de encabezar, junto con su familia, una red delictiva que operaba en la Sierra Norte.
Cateos simultáneos de la Fiscalía poblana, respaldados por el Ejército y la Marina, dejaron al descubierto drogas, armas y vehículos en propiedades presuntamente ligadas a los Cortés. Todo esto, en un municipio de apenas 10 mil habitantes, pero que, como muchos otros en la geografía del abandono institucional, se ha vuelto terreno fértil para la delincuencia organizada local.
Desde el viernes nadie ha visto al edil y todo indica que se fugó. Y mientras eso sucede, en Cuautempan, como en tantas otras regiones del país, los ciudadanos se preguntan si su alcalde era servidor público o jefe de plaza.
El expediente tiene similitudes a lo que ocurrió en marzo pasado, cuando los hermanos Uruviel y Giovanni González Vieyra, alcaldes de Ciudad Serdán y Tlachichuca, fueron arrestados tras cateos similares. Ambos emanados de Movimiento Ciudadano. Un tercer hermano, Ramiro, alcalde de San Nicolás Buenos Aires, está prófugo desde entonces.
¿Qué está pasando en Puebla? ¿Es la clase política la que se infiltra con los malos o son los malos los que postulan candidatos? ¿Cómo se explica que tantos presidentes municipales caigan o huyan apenas unos meses después de asumir? ¿Dónde fallan los filtros de los partidos y el sistema electoral? ¿Cuántos más están involucrados y aún no han sido descubiertos?
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De cara a la renovación de la Auditoría Superior del Estado, se suma el perfil de Román Sánchez Zamora, quien es académico de la BUAP, experto en temas de transparencia y rendición de cuentas. No es ajeno a los procesos de fiscalización, pues además de ser miembro del Sistema Nacional de Investigadores y fundador de la Red Nacional por la Rendición de Cuentas, fue contralor municipal en Atlixco. Su perfil técnico, su experiencia en la administración pública y su paso por el proceso para integrar el INAI en 2020, lo colocan como un aspirante con posibilidades.