El relevo en el Instituto Nacional de Migración (INM) sigue posponiéndose. Primero se dijo que Francisco Garduño se iría en diciembre y que Sergio Salomón Céspedes asumiría la titularidad una vez que dejara el gobierno de Puebla, es decir, el pasado fin de semana. Sin embargo, hace unos días la presidenta Claudia Sheinbaum rectificó la fecha e informó que el cambio se haría en enero.
Apenas el viernes, Garduño dijo que ya estaba listo para irse a La Chingada a visitar a su amigo López Obrador, pero ahora planean seguir retrasando el movimiento por la experiencia que tiene para hacer cosas que le gustan, nada más y nada menos que a Donald Trump.
En el equipo de Garduño están convencidos de que el titular del INM se ha ganado la confianza de la presidenta Claudia Sheinbaum. Es íntimo de la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, y del secretario de Economía, Marcelo Ebrard, que encabezará la negociación sobre aranceles con los representantes de Trump.
Con la permanencia de Garduño, al menos un par de meses más, México le recordará a EU que en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador él asumió la titularidad del INM tras la renuncia de Tonatiuh Guillén, cuando se ordenó reforzar las medidas contra los migrantes para frenar su avance hacia la frontera norte.
México también podrá poner varios ejemplos de la labor de Garduño al frente del INM. Como los recientes operativos para desviar a los migrantes lejos del país vecino, las repatriaciones “voluntarias” luego de frustrar su avance o la detención bajo llave de decenas de migrantes que estaban por cruzar a Texas y terminaron calcinados en la estación migratoria de Ciudad Juárez.
Así es que claro que Trump agradecerá que el relevo en el INM se posponga.
Personas cercanas a Garduño confirmaron que él está dispuesto a quedarse y hasta lo ve como un respaldo del gobierno actual a toda su gestión y mantiene una comunicación fluida con la Presidenta, quien ha aprobado sus acciones de octubre a la fecha.
Desde el trágico incendio en la estación migratoria de Ciudad Juárez, por el que Garduño está bajo proceso por omisión, comenzó una serie de acciones para mejorar esos inmuebles y evitar que fueran lo que eran: prisiones. Si bien las estaciones se han remodelado y el trato en ellas mejorado, las acciones que el INM emprende contra migrantes de engaño, hostigamiento y demora en su atención son, por decir lo menos, inhumanas.
Al menos Trump estará contento, Garduño no se va.