La aspirante más fuerte a la nominación de Donald Trump para la embajada de Estados Unidos en México es la ex candidata a senadora Kari Lake. Una mujer ultraconservadora que por años fue presentadora de Fox News en Phoenix y en 2022 buscó la gubernatura de Arizona, la cual también perdió, a pesar de que contó con el respaldo de Donald Trump.
La nominación de Lake traería a México certeza sobre la interlocución que tendría el gobierno de Claudia Sheinbaum con el presidente estadunidense. Alguien tan cercana a él y con su ideología pondría a Trump más cerca en cualquier negociación. Por eso el gobierno de la 4T deberá recibirla con honores, colaborar con ella y caerle bien.
Sin embargo, Lake es la clase de personaje al que los integrantes de la 4T detestan. Su perfil es similar al de la senadora mexicana Lilly Téllez. Es parte de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), a la que la semana pasada asistió en Argentina, donde destacó el papel que el presidente Javier Milei (otro despreciado por Morena) ha jugado entre los líderes de la región de Latinoamérica.
¿Imaginan el gusto que le dará a la presidenta Sheinbaum tener que caerle bien a alguien tan parecida a sus adversarios políticos? Ni qué pensar lo que dirá el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña; bueno, igual y le cae tan bien como Miguel Ángel Yunes.
Lake también es amiga del actor, productor y ahora aspirante a político mexicano Eduardo Verástegui, que ya empezó el proceso para conformar un partido político en 2027 y ahora sí lograr la candidatura presidencial en 2030 que como independiente no pudo alcanzar en 2024.
Para los asesores de Trump, Lake sería una enviada clave para presionar a México en los temas que más preocupan a sus votantes, parte del movimiento Make America Great Again (MAGA): la migración y el combate al tráfico de fentanilo.
Como candidata, Lake promovió el cierre de la frontera compartida y el fortalecimiento del muro fronterizo. También responsabilizó a México, en conjunto con China, del tráfico de drogas hacia Estados Unidos.
Si la nominación se confirma, México no solo tendría un gran desafío con el nuevo gobierno de Trump, sino que el trato con su representante tampoco será sencillo.