Las teorías de comportamiento organizacional indican, que independientemente del estilo de dirección adoptado e interpretado por un equipo directivo; esa manera, cualquiera que sea, de aglutinar los equipos tendrá impacto en la forma de obtener los resultados. Lo particular de este aspecto, es que los estilos de dirección cambian en una dinámica que hoy no esperábamos, influenciados por aspectos de formación de profesionales, coyunturas sectoriales, aspectos de entorno, cambios curriculares y de gestión, así como el impacto de las nuevas tecnologías entre otros. Pero, al lado del estilo de dirección se gesta hoy una manera de ejercer el liderazgo, que puede participar o no de los modelos de dirección y que en definitiva afectará la manera como se organizan los grupos de trabajo.
En este contexto y proceso, no podemos dejar de considerar la influencia de las políticas o normas que en muchos casos tiene la organización escolar, que pueden haber sido redactadas y explícitas, pero que también existen de manera implícita, divulgadas por transmisión oral, incluso partiendo de la cultura interna, y no emanadas de la dirección. O bien, son determinadas desde las esferas políticas de gobierno, y que buscan hacer corresponsables de sus objetivos a los directores escolares. Estas políticas influyen en la estructura y la cultura dentro de toda la organización escolar. El elemento más importante del comportamiento organizacional que puede hacer frente a esas políticas es el liderazgo, elemento que cobra relevancia y al que se le considera determinante en la definición de los propósitos institucionales.
Frente a la visión solitaria de liderazgo que tradicionalmente se plantea, en tanto que su construcción parece ser más consecuencia de sus posibilidades personales que de las condiciones sociales y laborales que le rodean, aparece la figura de un líder situacional estratégico que pretende desde su formación hacer una reestructuración o un cambio cultural, buscando la forma más natural, que es trabajar con las personas, una forma nueva de manejar la organización. Un liderazgo basado en las personas, en equipos, en redes, en estructuras diferentes. Un liderazgo que considera la visión y el posicionamiento deseados, con coraje para remover las estructuras existentes, donde la base es la comunicación y la integración entre las personas y entre las organizaciones.
Es éste un cambio profundo, que implica romper el modelo paradigmático tradicional e ir hacia un modelo integrador, situacional y dinámico, buscando generar energía y entusiasmo en las personas, buscando que las personas exploren cosas nuevas, siendo persistentes, personificando la acción, basados en la identificación cultural y contextual de las situaciones en las que convergen, y sobre todo, reconociendo las posibilidades y limitaciones que esto le plantea.
En consecuencia, para lograr la formación de líderes, es indispensable la visión estratégica situacional de los equipos directivos y la actitud permanentemente formativa en los valores necesarios. Estos equipos son en primera y última instancia los responsables de los logros pedagógicos y de relación intra e interinstitucional. En la construcción de este enfoque deben ser válidos todos los modos de expresión que impliquen la necesidad de relacionarse para lograr un fin que tenga sentido para los participantes y para la organización en general.
El líder situacional estratégico debe tomar en cuenta las causas externas que influyen en la institución; ya que la magnitud de las innovaciones externas, aumentan la complejidad en el ambiente creando al mismo tiempo incertidumbre en la institución; consecuentemente los miembros de la misma sienten los efectos de las presiones externas; pero sin una estrategia efectiva del liderazgo, la organización es incapaz de influenciar el ambiente externo para su propio beneficio, lo cual implica que dentro de este complejo ambiente es una responsabilidad inherente para el líder estratégico convertirse en un experto de la información y de la influencia. (Molina Montoya, s/f). Finalmente, una cuestión que es inherente a la construcción de este tipo de liderazgo es la colectividad y comunidad, de tal manera que el Consejo Técnico se constituye en un dispositivo esencial como espacio de diálogo, comunicación y colaboración para los directores escolares para detonar el desarrollo institucional de la escuela.