Expuesto el tema de que el mundo se quedó sin piloto ni copiloto en el siglo XX, como lo planteó en su obra El naufragio de las civilizaciones, Amin Maalouf acomete en su libro más reciente, El laberinto de los extraviados (Grasset, 2023), de próxima aparición en español en Alianza, los orígenes de las cuatro potencias que ponen sobre la mesa la guerra actual que se pelea en Europa y el surgimiento indiscutible de dos polos confrontados: China y Estados Unidos.
Apunta el escritor franco-libanés que los antiguos gustaban de contar las vidas paralelas de hombres ilustres, como Alejandro frente a César o Demóstenes ante Cicerón, y considera que bien puede replicarse el ejercicio hoy, pero entre naciones, sobre todo en relación con dos potencias cuyas decisiones determinarán el rumbo del planeta en los próximos decenios.
Sobre China nos cuenta el también miembro de la Academia Francesa de la Lengua de su pasado tumultuoso y de que la distingue una existencia en cuanto a Estado desde la antigüedad, sobre el mismo territorio, con el mismo pueblo y, esencialmente, con iguales referencias culturales, como el caso de Confucio, que sigue siendo su pensador más influyente, pese a que nació en el año 551 antes de nuestra era y murió en 479.
Misma época de Heráclito, nos recuerda Maalouf, filósofo presocrático que sostenía que todo pasa, todo cambia y que nadie se baña dos veces en el mismo río. Sin embargo, pese a temporadas difíciles, sobre todo durante la Revolución Cultura, Confucio ha sobrevivido y es venerado más allá de China, si no es que en toda Asia oriental, donde no pocos dirigentes lo ven como una suerte de inspiración.
Caso distinto el del otro contendiente, Estados Unidos, que frente a la antigüedad, la continuidad y la permanencia de su antagonista asiático, encarna, en palabras del pensador franco-libanés, la innovación, la audacia, la fulguración y el mestizaje, a partir del arribo de los primeros europeos, ingleses puritanos que llegaron huyendo de la persecución religiosa y fundando a partir de 1620 colonias que parecían frágiles y sin futuro. Hoy es una nación poderosa como ninguna antes, conquistó la Luna y apunta a Marte.
Ahí está la polarización en curso.